Encontrados 608 resultados para: sacrificio por el pecado

  • Si obraras bien, ¿no alzarías la cabeza?; en cambio, si obras mal, el pecado está a las puertas de tu casa y te acosa sin que puedas contenerlo". (Génesis 4, 7)

  • El Señor dijo: "Las quejas contra Sodoma y Gomorra son muy grandes, y su pecado, muy grave. (Génesis 18, 20)

  • Después mandó llamar a Abrahán y le dijo: "¿Qué nos has hecho? ¿En qué te he ofendido para que nos hayas expuesto, a mí y a mi reino, a cometer un pecado tan grave? Tú has hecho conmigo lo que no se debe hacer". (Génesis 20, 9)

  • Y Abimelec añadió: "¿Por qué nos has hecho esto? Cualquiera habría podido acostarse con tu mujer, y habrías traído sobre nosotros un pecado". (Génesis 26, 10)

  • Jacob ofreció un sacrificio sobre el monte e invitó a su gente a comer; comieron y pasaron la noche en el monte. (Génesis 31, 54)

  • Diréis a José: Perdona el delito y el pecado de tus hermanos, el mal que te hicieron; perdona el delito de los siervos del Dios de tu padre". José, al oírlo, se echó a llorar. (Génesis 50, 17)

  • El Faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: "Esta vez he pecado. El Señor es justo, y yo y mi pueblo, culpables. (Exodo 9, 27)

  • El Faraón, viendo que habían cesado la lluvia y el granizo, perseveró en su pecado, endureciendo su corazón él y sus servidores. (Exodo 9, 34)

  • El Faraón llamó a toda prisa a Moisés y a Aarón y les dijo: "He pecado contra el Señor, vuestro Dios, y contra vosotros. (Exodo 10, 16)

  • Perdonad por esta vez mi pecado. Rezad al Señor, vuestro Dios, para que aleje de mí esta muerte". (Exodo 10, 17)

  • responderéis: Es el sacrificio de la pascua del Señor, el cual pasó de largo por las casas de los israelitas en Egipto, cuando hirió a los egipcios y preservó nuestras casas". El pueblo se postró y adoró. (Exodo 12, 27)

  • Aarón y sus hijos los llevarán puestos cuando entren en la tienda de la reunión y cuando se acerquen al altar a oficiar en el santuario, para que no incurran en pecado y mueran. Ley perpetua para Aarón y para toda su descendencia". (Exodo 28, 43)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina