Encontrados 30 resultados para: ruido

  • Haré desaparecer de entre ellos los gritos de alegría y algazara, el canto del esposo y de la esposa, el ruido del molino y la luz de la lámpara. (Jeremías 25, 10)

  • Empuñan arco y jabalina, son bárbaros e inexorables; su ruido es como el bramido del mar; van a caballo, armado cada uno para la guerra contra Babilonia. (Jeremías 50, 42)

  • Es que el Señor devasta a Babilonia y pone fin a su gran ruido por más que sus olas rujan como las grandes aguas y resuene el estruendo de su voz. (Jeremías 51, 55)

  • Sentí el rumor de las alas mientras se movían; parecía el rumor de aguas ingentes, semejante a la voz del todopoderoso; un ruido tumultuoso como el de un ejército. Y cuando se pararon, replegaron sus alas. (Ezequiel 1, 24)

  • Entonces el espíritu me arrebató y oí detrás de mí el ruido de una gran trepidación, mientras la gloria del Señor se levantaba de su sitio; (Ezequiel 3, 12)

  • era el rumor de las alas de aquellos seres al batir una con otra y el ruido de las ruedas como el ruido de gran terremoto. (Ezequiel 3, 13)

  • Se oía el ruido de una multitud gozosa. Hombres venidos del desierto pusieron brazaletes en sus manos y una corona magnífica en su cabeza. (Ezequiel 23, 42)

  • Yo profeticé como me había ordenado, y mientras profetizaba se sintió un ruido; hubo un estremecimiento y los huesos se juntaron unos a otros. (Ezequiel 37, 7)

  • la gloria del Dios de Israel llegaba a la parte de oriente. Su ruido era como el ruido de una masa de agua, y la tierra resplandecía de gloria. (Ezequiel 43, 2)

  • Yo seguía mirando, atraído por el ruido de las palabras monstruosas que aquel cuerno profería, hasta que mataron a la bestia, la descuartizaron y la arrojaron a las llamas ardientes. (Daniel 7, 11)

  • Su cuerpo parecía de crisólito, su rostro era como el fulgor del relámpago, sus ojos como antorchas encendidas, sus brazos y sus pies como el destello del bronce bruñido y el rumor de sus palabras como el ruido de una multitud. (Daniel 10, 6)

  • Aparta de mí el ruido de tus canciones; no quiero oír el sonido de la lira. (Amós 5, 23)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina