Encontrados 27 resultados para: roto

  • ¿Es acaso un vaso vil y roto este hombre, Jeconías, un objeto que ninguno quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su estirpe, y arrojados a una tierra que no conocían? (Jeremías 22, 28)

  • Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: "¡Yo he roto el yugo del rey de Babilonia! (Jeremías 28, 2)

  • "Vete a decir a Ananías: Esto dice el Señor: Has roto el yugo de madera, pero lo tendrás que sustituir con un yugo de hierro. (Jeremías 28, 13)

  • ¡Ay cómo ha quedado roto! ¡Gemid! ¡Cómo ha vuelto Moab la espalda vergonzosamente! Moab se ha convertido en la irrisión, el horror de todos sus vecinos. (Jeremías 48, 39)

  • ¡Cómo ha sido roto, hecho pedazos, el martillo de toda la tierra! ¡Cómo ha quedado hecha un horror Babilonia entre las naciones! (Jeremías 50, 23)

  • Ha consumido mi carne y mi piel y ha roto mis huesos. (Lamentaciones 3, 4)

  • Me ha roto los dientes con guijarro, me ha alimentado de ceniza. (Lamentaciones 3, 16)

  • Vivo yo, dice el Señor Dios, que en el país del rey que le había dado el trono, cuyo juramento ha despreciado y cuyo pacto ha roto, allí, en Babilonia, morirá. (Ezequiel 17, 16)

  • Ha despreciado el juramento, ha roto el pacto; después de haber dado su mano, ha hecho todo esto. No tendrá remedio. (Ezequiel 17, 18)

  • Por tanto, esto dice el Señor Dios: Le juro que el juramento mío que ha menospreciado, mi pacto que ha roto haré que recaiga sobre su cabeza. (Ezequiel 17, 19)

  • "Hijo de hombre, he roto el brazo del Faraón, rey de Egipto, y no ha sido vendado. No se le han aplicado medicamentos ni vendas para que, recobrado el vigor, pueda de nuevo empuñar la espada. (Ezequiel 30, 21)

  • Por tanto, esto dice el Señor Dios: Aquí estoy contra el Faraón, rey de Egipto. Le despedazaré los dos brazos, el brazo sano y el que está roto, y haré que la espada caiga de su mano. (Ezequiel 30, 22)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina