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  • En las ciudades de estas naciones que el Señor, tu Dios, te da como heredad, no dejarás nada con vida. (Deuteronomio 20, 16)

  • irán los ancianos y los jueces y medirán las distancias entre la víctima y las ciudades de alrededor (Deuteronomio 21, 2)

  • su cadáver no podrá quedar allí durante la noche, sino que lo enterrarás el mismo día, pues el que muere colgado de un árbol es maldito de Dios, y tú no debes manchar la tierra que el Señor, tu Dios, te da en heredad. (Deuteronomio 21, 23)

  • Cuando construyas una casa, pondrás una baranda alrededor de la azotea. Así tu casa no será responsable de sangre si alguien se cae de ella. (Deuteronomio 22, 8)

  • el primer marido no podrá volver a casarse con ella, pues se ha vuelto impura; sería una cosa horrenda ante el Señor, y tú no debes manchar con pecados la tierra que el Señor, tu Dios, te da en heredad. (Deuteronomio 24, 4)

  • Por eso, cuando el Señor, tu Dios, te haya puesto a seguro de todos tus enemigos que te rodean, en la tierra que está para darte en heredad, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo del cielo. No lo olvides. (Deuteronomio 25, 19)

  • ¡Maldito el que corra los límites de la heredad del prójimo! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 17)

  • En medio del asedio y de la angustia a que te habrá reducido el enemigo, tú comerás el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y tus hijas, que el Señor, tu Dios, te haya dado. (Deuteronomio 28, 53)

  • al no querer compartir con ellos la carne de sus hijos, que se comerá él solo, por no quedarle otra cosa en medio del asedio y de la angustia a que te habrá reducido tu enemigo en todas tus ciudades. (Deuteronomio 28, 55)

  • y se alejará de ellos para comer a escondidas la placenta que saldrá de su seno y al hijo que acabará de dar a luz en medio de tanta privación, a causa del asedio y la angustia a que te habrá reducido tu enemigo en todas tus ciudades. (Deuteronomio 28, 57)

  • conquistamos sus tierras y las dimos en heredad a los rubenitas, a los gaditas y a media tribu de Manasés. (Deuteronomio 29, 7)

  • Yo hubiera querido reducirlos a polvo, borrar de entre los hombres su memoria; (Deuteronomio 32, 26)


“Mesmo a menor transgressão às leis de Deus será levada em conta.” São Padre Pio de Pietrelcina