Encontrados 795 resultados para: red

  • Hermanos, os digo que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni lo corruptible heredará lo incorruptible. (I Corintios 15, 50)

  • Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien os hemos predicado Silvano, Timoteo y yo, no fue "sí" y "no", sino que fue "sí". (II Corintios 1, 19)

  • Nosotros no hacemos negocio con la palabra de Dios, como hacen muchos, sino que la predicamos con sinceridad, de parte de Dios, en presencia de Dios, en unión con Cristo. (II Corintios 2, 17)

  • pues es claro que vosotros sois una carta de Cristo redactada por mí y escrita, no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne, en vuestros corazones. (II Corintios 3, 3)

  • para los incrédulos, cuyas inteligencias cegó el dios de este siglo para que no brille el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios. (II Corintios 4, 4)

  • Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor; nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús. (II Corintios 4, 5)

  • En nada damos motivo de escándalo, para que no sea desacreditado nuestro ministerio, (II Corintios 6, 3)

  • Porque si alguno viene a predicaros otro Jesucristo diferente del que yo os he predicado, o si recibís otro Espíritu diferente del que habéis recibido, u otro evangelio que el que abrazasteis, lo aceptáis con gusto. (II Corintios 11, 4)

  • ¿Acaso cometí un pecado porque me humillé a mí mismo para ensalzaros a vosotros, predicándoos de balde el evangelio de Dios? (II Corintios 11, 7)

  • Hermanos, os aseguro que el evangelio predicado por mí no es un producto humano; (Gálatas 1, 11)

  • Fui, impulsado por una revelación divina; y, en privado, expuse a los dirigentes el evangelio que predico a los paganos, para saber si estaba o no trabajando inútilmente. (Gálatas 2, 2)

  • Y si vosotros sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán, herederos según la promesa. (Gálatas 3, 29)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina