Encontrados 188 resultados para: quedó
cuando Alcimo tuvo un ataque y quedaron suspendidas las obras. Se le cerró la boca y quedó paralizada, de modo que no podía hablar ni dar órdenes en su casa. (I Macabeos 9, 55)
Al saberlo el rey Alejandro, quedó totalmente desconcertado y volvió a Antioquía. (I Macabeos 10, 68)
Se quedó con tres mil hombres: dejó dos mil en Galilea, y sólo mil le acompañaron. (I Macabeos 12, 47)
Sitió la ciudad, mientras las naves se situaban en el mar. Así la ciudad quedó cercada por tierra y por mar, sin que nadie pudiera entrar ni salir. (I Macabeos 15, 14)
Atenobio, amigo del rey, llegó a Jerusalén y, viendo la fastuosidad de Simón, su vajilla de oro y plata y el aparato con que se rodeaba, quedó maravillado. Pero le comunicó las palabras del rey. (I Macabeos 15, 32)
Juan quedó consternado con esta noticia. Prendió a los que habían venido a matarle y los mató, pues sabía que venían a matarlo. (I Macabeos 16, 22)
Heliodoro cayó a tierra y quedó envuelto en profunda oscuridad; lo recogieron y lo llevaron en una litera. (II Macabeos 3, 27)
con el auxilio de Dios quedó humillado por aquellos mismos que había despreciado; se quitó sus ricas vestiduras, huyó a través de los campos como esclavo fugitivo y llegó a Antioquía, profundamente avergonzado y entristecido por la pérdida de su ejército. (II Macabeos 8, 35)
Tuvo noticia de que Filipo, a quien había dejado al frente del reino en su ausencia, se había sublevado, y quedó consternado. Pidió la paz a los judíos y juró acceder a sus justas peticiones. Se reconcilió con ellos, ofreció sacrificios, llenó de honores el templo y lo trató con benevolencia. (II Macabeos 13, 23)
Nicanor quedó consternado y disgustado, pues no quería romper lo pactado, ya que Judas no había hecho nada malo. (II Macabeos 14, 28)
Quedó con esto cada uno armado, no con escudos y lanzas, sino con palabras alentadoras. Confirmó todo esto narrándoles un sueño digno de fe, que a todos les llenó de alegría. (II Macabeos 15, 11)
Todas estas cosas las he examinado con sabiduría, pues dije: "Yo quiero hacerme sabio"; pero la sabiduría quedó lejos de mí. (Eclesiastés 7, 23)