Encontrados 280 resultados para: puerta estrecha
Me hizo salir por la puerta norte y dar la vuelta por fuera hasta la puerta exterior, que da al este, y he aquí que las aguas corrían por el lado derecho. (Ezequiel 47, 2)
Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de Israel. Al norte, tres puertas: la puerta de Rubén, la puerta de Judá, la puerta de Leví. (Ezequiel 48, 31)
Por el lado este, dos mil doscientos cincuenta metros y tres puertas: la puerta de José, la puerta de Benjamín, la puerta de Dan. (Ezequiel 48, 32)
Por el lado sur, dos mil doscientos cincuenta metros y tres puertas: la puerta de Simeón, la puerta de Isacar, la puerta de Zabulón. (Ezequiel 48, 33)
Por el lado oeste, dos mil doscientos cincuenta metros y tres puertas: la puerta de Gad, la puerta de Aser, la puerta de Neftalí. (Ezequiel 48, 34)
Ellas hicieron lo que Susana había ordenado; cerraron las puertas del jardín y entraron en casa por una puerta lateral para traer lo que les había mandado. No sabían que los dos ancianos estaban allí escondidos. (Daniel 13, 18)
A aquellos gritos los criados salieron rápidamente al jardín por la puerta lateral para ver qué había sucedido. (Daniel 13, 26)
Los viejos empezaron a decir: "Estando nosotros dos solos paseándonos por el jardín, entró ésta con dos doncellas, cerró la puerta del jardín y despachó a las doncellas. (Daniel 13, 36)
los sorprendimos juntos, pero no nos fue posible atraparlo a él porque tenía más fuerza que nosotros y abrió la puerta y se escapó. (Daniel 13, 39)
los sacerdotes de Bel dijeron: "Mira, nosotros nos salimos de aquí, y tú, oh rey, haz servir los manjares y el vino preparado; luego cierra la puerta y séllala con tu anillo. Si mañana por la mañana, al volver al templo, no encuentras que todo ha sido comido por Bel, nosotros moriremos; pero en caso contrario morirá Daniel, que miente contra nosotros". (Daniel 14, 11)
Pero Daniel mandó a sus criados que trajeran ceniza y la esparcieron con un cedazo por todo el templo en presencia del rey; lego salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo del rey y se fueron. (Daniel 14, 14)
Abrieron la puerta, el rey echó una ojeada a la mesa y exclamó en alta voz: "Grande eres, Bel, y no hay en ti engaño alguno". (Daniel 14, 18)