Encontrados 64 resultados para: pueden

  • Como espantajo de melonar, no hablan; y hay que llevarlos, porque no pueden andar. No los temáis, que no pueden hacer daño ni tampoco beneficio". (Jeremías 10, 5)

  • En cambio, el Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente, el rey eterno; cuando él se irrita, la tierra se estremece, y las naciones no pueden soportar su cólera. (Jeremías 10, 10)

  • Y me dijo: "¿Qué ves, Jeremías?". Respondí: "Higos: los buenos son excelentes; los malos son tan malos que no se pueden comer". (Jeremías 24, 3)

  • Pero como a estos higos malos, tan malos que no pueden comerse -dice el Señor-, así trataré yo a Sedecías, rey de Judá, a sus oficiales y al resto de los habitantes de Jerusalén que han quedado en este país o que habitan en el país de Egipto. (Jeremías 24, 9)

  • "¡Apartaos! ¡Un impuro!", les gritaban. "¡Apartaos! ¡No tocar!". Cuando huían errantes entre las naciones, se decía: "¡No pueden quedarse entre nosotros!". (Lamentaciones 4, 15)

  • Porque la lengua de esos dioses ha sido limada por el artífice y ellos, por más dorados y plateados que estén, son pura farsa y no pueden hablar. (Baruc 6, 7)

  • Si se les pone derechos, no pueden moverse por sí mismos; si se les inclina, no logran enderezarse solos; como delante de cadáveres, se les presentan las ofrendas. (Baruc 6, 26)

  • Y ¿cómo pueden llamarse dioses? Son mujeres las que presentan ofrendas ante estos dioses de plata, de oro y de madera. (Baruc 6, 29)

  • Si se les hace algún bien o algún mal no pueden dar el pago correspondiente. Ni pueden poner ni quitar rey. (Baruc 6, 33)

  • Tampoco son capaces de dar ni riquezas ni dinero. Si alguien les hace una promesa y no la cumple, no pueden pedir cuentas. (Baruc 6, 34)

  • No pueden devolver la vista al ciego ni librar al que se halla en la miseria. (Baruc 6, 36)

  • ¿Cómo, pues, no comprender que no son dioses los que no pueden salvarse de la guerra y de las calamidades? (Baruc 6, 49)


“O Santo Rosário é a arma daqueles que querem vencer todas as batalhas.” São Padre Pio de Pietrelcina