Encontrados 282 resultados para: profeta Isaías

  • De Benjamín: Salú, hijo de Mesulán, hijo de Yoed, hijo de Pedayas, hijo de Colayas, hijo de Maasías, hijo de Itiel, hijo de Isaías (Nehemías 11, 7)

  • Me acordé de las palabras del profeta Amós, hablando de Betel: "Vuestras fiestas se cambiarán en luto, y vuestros cantos de gozo en lamentaciones". Y lloré. (Tobías 2, 6)

  • Cuando el profeta Natán vino a él después de su pecado con Betsabé (Salmos 51, 2)

  • No vemos ya nuestras banderas, ya no hay ningún profeta, y nadie sabe lo que esto durará. (Salmos 74, 9)

  • y amontonaron las piedras en el monte del templo, en lugar conveniente, hasta que viniera un profeta y dijera lo que había que hacer con ellas. (I Macabeos 4, 46)

  • que los judíos y los sacerdotes a una habían resuelto que Simón fuera su caudillo y sumo sacerdote hasta la aparición de un profeta acreditado; (I Macabeos 14, 41)

  • Encontramos escrito en los documentos que el profeta Jeremías mandó a los deportados tomar del fuego antes dicho; (II Macabeos 2, 1)

  • Se dice también en los documentos que el profeta, ilustrado por revelación de Dios, mandó que llevaran tras él el tabernáculo y el arca. Salió hasta el monte a donde Moisés había subido para contemplar la tierra prometida por Dios. (II Macabeos 2, 4)

  • Onías tomó la palabra y dijo: "Éste es el amante de los hermanos, que ora mucho por el pueblo y por la ciudad; es el profeta de Dios, Jeremías". (II Macabeos 15, 14)

  • Les dio prosperidad en sus empresas por mano de un santo profeta. (Sabiduría 11, 1)

  • Samuel, amado del Señor y su profeta, estableció la monarquía y ungió príncipes sobre su pueblo. (Eclesiástico 46, 13)

  • Por su fidelidad fue reconocido profeta, y se acreditó por sus discursos como vidente veraz. (Eclesiástico 46, 15)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina