Encontrados 259 resultados para: presencia
dad gloria al nombre del Señor. Traed ofrendas y entrad en su presencia, adorad al Señor en el atrio sagrado. (I Crónicas 16, 29)
Temblad en su presencia los de la tierra entera. El Señor fijó el orbe y no se moverá. (I Crónicas 16, 30)
Alégrense árboles y selvas en presencia del Señor, que viene a juzgar la tierra. (I Crónicas 16, 33)
Que tu nombre sea siempre engrandecido y que digan: El Señor todopoderoso es el Dios de Israel. Que la casa de David, tu siervo, sea estable en tu presencia, (I Crónicas 17, 24)
bendice la casa de tu siervo para que subsista eternamente en tu presencia; porque aquel a quien tú bendices, será bendito para siempre". (I Crónicas 17, 27)
pero el Señor me dijo: Tú has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras. Tú no podrás edificar un templo a mi nombre, pues has derramado mucha sangre sobre la tierra en mi presencia. (I Crónicas 22, 8)
Semayas, hijo de Natanael, un escriba levita, los registró en presencia del rey, de los jefes, del sacerdote Sadoc, de Ajimélec, hijo de Abiatar, y de los jefes de familias de sacerdotes y levitas: se sacaban alternativamente por suerte dos familias de los hijos de Eleazar y una familia de los hijos de Itamar. (I Crónicas 24, 6)
También éstos, lo mismo que los hijos de Aarón, fueron clasificados por suerte en presencia del rey David, de Sadoc, de Ajimélec y de los jefes de familias sacerdotales y levíticas, sin distinción de ninguna clase. (I Crónicas 24, 31)
Comieron y bebieron aquel día con gran regocijo en presencia del Señor y proclamaron rey por segunda vez a Salomón, hijo de David, ungiéndolo como príncipe delante del Señor. Sadoc fue asimismo ungido sacerdote. (I Crónicas 29, 22)
Allí, en presencia de Dios, Salomón subió al altar de bronce, que estaba junto a la tienda de la reunión, y ofreció sobre él 1.000 holocaustos. (II Crónicas 1, 6)
Salomón se puso delante del altar del Señor, en presencia de toda la comunidad israelita, y levantó sus manos. (II Crónicas 6, 12)
Salomón había levantado en medio del atrio una tribuna de bronce de dos metros y medio de larga, dos y medio de ancha y uno y medio de alta. Se subió a ella, se arrodilló, y mirando al cielo, con las manos juntas oró así en presencia de toda la comunidad: (II Crónicas 6, 13)