Encontrados 250 resultados para: piedra de ayuda

  • Por entonces el rey Acaz pidió ayuda al rey de Asiria. (II Crónicas 28, 16)

  • Salió de Babilonia el día uno del primer mes, y el día uno del quinto mes, con la ayuda de Dios, llegó a Jerusalén, (Esdras 7, 9)

  • que me granjeó el favor del rey, de sus consejeros y de todos los funcionarios reales más influyentes! Así yo, animado por la ayuda del Señor, mi Dios, convoqué a los israelitas más importantes para que vinieran conmigo. (Esdras 7, 28)

  • Y gracias a la ayuda bondadosa de nuestro Dios, nos trajeron a Serebías, un hombre prudente, descendiente de Majlí, de Leví, de Israel, con sus hijos y hermanos: dieciocho personas en total; (Esdras 8, 18)

  • Tobías, el amonita, que estaba junto a él, añadió: "Construyan en buena hora; que si un chacal se lanza, derruirá su muralla de piedra". (Nehemías 3, 35)

  • Cuando nuestros enemigos lo supieron, se llenaron de miedo y se sintieron humillados al reconocer que esta obra había sido realizada con la ayuda de nuestro Dios. (Nehemías 6, 16)

  • Partiste en dos mitades el mar ante ellos y lo pasaron a pie enjuto, mientras a sus perseguidores los precipitaste en el abismo, como una piedra entre aguas impetuosas. (Nehemías 9, 11)

  • Tú creaste a Adán y le diste a Eva, su mujer, como ayuda y compañera; y de los dos ha nacido toda la raza humana. Tú dijiste: No está bien que el hombre esté solo, hagámosle una ayuda semejante a él. (Tobías 8, 6)

  • Éste amuralló Ecbatana con piedra tallada de metro y medio de anchura y tres de longitud. La muralla tenía treinta y cinco metros de alta y veinticinco de ancha. (Judit 1, 2)

  • Cuando llegaron, les dijo: "Jefes de Betulia, escuchadme. Lo que hoy habéis dicho ante el pueblo no está bien. Habéis jurado entregar la ciudad a nuestros enemigos si Dios no viene en vuestra ayuda en estos días. (Judit 8, 11)

  • Por tanto, con la esperanza de que nos salve, pidámosle su ayuda; y, si le parece bien, escuchará nuestras súplicas. (Judit 8, 17)

  • abandonaste a sus mujeres al rapto y a sus hijos al cautiverio, y todas sus posesiones a que fueran repartidas entre tus hijos predilectos, que ardiendo en celo por ti, detestaron la profanación de su sangre e invocaron tu ayuda. (Judit 9, 4)


“Mesmo a menor transgressão às leis de Deus será levada em conta.” São Padre Pio de Pietrelcina