Encontrados 364 resultados para: oración de salomón

  • Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón y el palacio que había construido, (I Reyes 10, 4)

  • Luego ofreció al rey cuatro mil kilos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca más se vio tanta cantidad de aromas como la que la reina de Sabá ofreció al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)

  • El rey Salomón, por su parte, dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, aparte de lo que le regaló con la munificencia propia del rey Salomón. La reina se despidió y, con su séquito, emprendió el viaje de regreso a su país. (I Reyes 10, 13)

  • El peso del oro que el rey Salomón recibía cada año era de unos veintitrés mil kilos, (I Reyes 10, 14)

  • El rey Salomón hizo doscientos escudos de oro batido, empleando unos siete kilos de oro por escudo, (I Reyes 10, 16)

  • Todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y toda la vajilla del palacio "Bosque del Líbano", de oro fino. No había nada de plata, pues la plata no se estimaba en tiempo del rey Salomón. (I Reyes 10, 21)

  • El rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría; (I Reyes 10, 23)

  • todo el mundo quería visitar a Salomón para escuchar la sabiduría que Dios le había dado, (I Reyes 10, 24)

  • Salomón reunió carros y caballos, llegando a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, que destacó en las ciudades de guarnición y en Jerusalén, junto al rey. (I Reyes 10, 26)

  • La importación de caballos destinados a Salomón procedía de Musur y Cilicia, donde los mercaderes del rey los compraban al contado. (I Reyes 10, 28)

  • Pero el rey Salomón, además de la hija del Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras, moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, (I Reyes 11, 1)

  • esto es, de las naciones de quienes había dicho el Señor a los israelitas: "No os unáis con ellas en matrimonio, pues inclinarán vuestro corazón hacia sus dioses". Pero Salomón se enamoró de ellas, (I Reyes 11, 2)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina