Encontrados 16 resultados para: obedecer

  • Si todavía seguís obstinados contra mí y no me queréis obedecer, multiplicaré siete veces más mis castigos por vuestros pecados; (Levítico 26, 21)

  • El Señor, tu Dios, suscitará de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, al que debéis obedecer. (Deuteronomio 18, 15)

  • Hoy has comprometido al Señor para que sea tu Dios, a condición de seguir sus caminos, guardar sus mandamientos, leyes y preceptos y obedecer su voz. (Deuteronomio 26, 17)

  • Volverás a obedecer al Señor y pondrás en práctica todos estos mandamientos que hoy te prescribo, (Deuteronomio 30, 8)

  • Y ahora, dígnate obedecer también tú a tu sierva: te voy a traer algo de comer; come y recupera fuerzas para proseguir tu camino". (I Samuel 28, 22)

  • No quisieron obedecer, olvidándose de las maravillas que tú habías realizado para ellos. Endurecieron su cabeza y se empeñaron, obstinados, en volver a Egipto, a su esclavitud. Pero tú eres un Dios pronto a perdonar, clemente y misericordioso, tardo a la ira y lleno de bondad; por eso no los abandonaste. (Nehemías 9, 17)

  • Les instabas a convertirse a tu ley; pero ellos, obstinados, no obedecieron a tus mandamientos y pecaron contra tus leyes, que dan la vida a quien las pone en práctica; se encogieron de hombros, endurecieron su cabeza y no quisieron obedecer. (Nehemías 9, 29)

  • Nosotros aceptamos servir a tu padre, obedecer sus órdenes y observar sus leyes. (I Macabeos 6, 23)

  • que administrara el templo, que se hiciera obedecer por todos, que todos los documentos de la nación fueran realizados en su nombre y que vistiera la púrpura y llevara ornamentos de oro. (I Macabeos 14, 43)

  • Por obedecer al precepto acoge al pobre, en su indigencia no le despidas con las manos vacías. (Eclesiástico 29, 9)

  • Pero si decís: ¡No queremos vivir en este país!, negándoos a obedecer la voz del Señor, vuestro Dios, (Jeremías 42, 13)

  • Pedro y los apóstoles respondieron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. (Hechos 5, 29)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina