Encontrados 147 resultados para: nunca

  • Las grasas de un animal muerto o destrozado podréis emplearlas para cualquier uso, pero nunca comerlas. (Levítico 7, 24)

  • y le dijo: "Di a tu hermano Aarón que no podrá entrar nunca en el santuario, en el recinto que hay detrás del velo, en presencia del propiciatorio que está sobre el arca, no sea que muera cuando yo aparezca sobre el propiciatorio en una nube. (Levítico 16, 2)

  • Nunca ofreceréis al Señor animal ciego, cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o herpético, como ofrendas para ser quemadas sobre el altar en honor del Señor. (Levítico 22, 22)

  • Estableceré mi morada en medio de vosotros y nunca os aborreceré. (Levítico 26, 11)

  • "Ésta es la ley que ha dado el Señor: Di a los israelitas que traigan una novilla roja perfecta, sin defecto, que nunca haya llevado el yugo. (Números 19, 2)

  • La burra dijo a Balaán: "¿No soy tu burra, que te ha servido siempre de cabalgadura hasta hoy? ¿Te he hecho yo nunca cosa semejante?". Él respondió: "No". (Números 22, 30)

  • Pon atención, y no te olvides de lo que has visto con tus ojos ni lo dejes escapar nunca de tu corazón. Antes bien, enséñaselo a tus hijos y a tus nietos. (Deuteronomio 4, 9)

  • Amontonarás todo el botín en la plaza pública e incendiarás la ciudad con todo su botín como ofrenda en honor del Señor, tu Dios. Quedará convertida en un montón de ruinas, que nunca se reedificará. (Deuteronomio 13, 17)

  • Nunca faltarán pobres en la tierra; por eso te digo: Abre tu mano a tu hermano, al humillado y al pobre de tu tierra. (Deuteronomio 15, 11)

  • Pero ese rey no debe tener muchos caballos ni enviar de nuevo gente a Egipto para aumentar su caballería, pues el Señor, tu Dios, ha dicho: No volváis nunca jamás por ese camino. (Deuteronomio 17, 16)

  • de lo contrario, el vengador del homicida lo perseguirá y, si el camino fuese largo, lo alcanzaría y le daría muerte. Y, sin embargo, ese hombre no merecía la muerte, pues nunca había odiado a su víctima. (Deuteronomio 19, 6)

  • la llevarán junto a un arroyo que siempre lleve agua, un lugar que nunca haya sido labrado ni sembrado, y allí la degollarán. (Deuteronomio 21, 4)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina