Encontrados 128 resultados para: número

  • jefes de casas patriarcales, hombres valerosos, agrupados en genealogías según sus linajes, en número de 20.200. (I Crónicas 7, 9)

  • todos hijos de Yediael, jefes de sus casas patriarcales, hombres valerosos, en número de 17.200, aptos para salir a la guerra y al combate. (I Crónicas 7, 11)

  • Los filisteos libraron la batalla contra Israel. Los israelitas huyeron ante los filisteos, y cayeron muertos en gran número en el monte Gelboé. (I Crónicas 10, 1)

  • David dijo a Joab y a los jefes del pueblo: "Id y haced el censo de Israel desde Dan hasta Berseba, y venid a decirme su número". (I Crónicas 21, 2)

  • Tienes a tu disosición buen número de obreros: canteros, escultores, carpinteros y hombres especializados en toda clase de obras. (I Crónicas 22, 15)

  • y siempre que se ofrecían holocaustos al Señor, los sábados, los novilunios y las fiestas, según el número y los ritos prescritos. (I Crónicas 23, 31)

  • Su número, junto con el de sus hermanos, expertos en el arte de cantar al Señor, era de doscientos ochenta y ocho. (I Crónicas 25, 7)

  • Joab, hijo de Sarvia, comenzó el censo, pero no lo terminó. Por eso se encendió la cólera de Dios contra Israel, y su número no se encuentra en las crónicas del rey David. (I Crónicas 27, 24)

  • Salomón hizo utensilios en gran número, pues la cantidad de bronce era incalculable. (II Crónicas 4, 18)

  • El número total de los jefes de familias, hombres valerosos, era de doce mil seiscientos. (II Crónicas 26, 12)

  • El Señor, su Dios, lo entregó en manos del rey de Siria, que lo derrotó, haciéndole gran número de prisioneros, que fueron conducidos cautivos a Damasco. Fue entregado también en manos del rey de Israel, que le infligió una gran derrota. (II Crónicas 28, 5)

  • ya que no se había podido celebrar a su debido tiempo, puesto que los sacerdotes no se habían purificado en número suficiente y el pueblo no se había reunido en Jerusalén. (II Crónicas 30, 3)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina