Encontrados 289 resultados para: mundo

  • "Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. (Juan 15, 18)

  • Si fueseis del mundo, el mundo os amaría como cosa suya. Pero como no sois del mundo, pues yo os elegí y os saqué del mundo, por eso el mundo os odia. (Juan 15, 19)

  • Cuando él venga demostrará al mundo en qué está el pecado, la justicia y la condena. (Juan 16, 8)

  • y la condena, en que el príncipe de este mundo está ya condenado. (Juan 16, 11)

  • Os aseguro que vosotros lloraréis y gemiréis, pero el mundo gozará; vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría. (Juan 16, 20)

  • La mujer cuando está de parto se siente angustiada, porque ha llegado su hora; pero cuando ya ha dado a luz al niño, no se acuerda más de la angustia por la alegría de que ha nacido un hombre en el mundo. (Juan 16, 21)

  • "Salí del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y vuelvo al Padre". (Juan 16, 28)

  • Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulaciones; pero tened ánimo, que yo he vencido al mundo". (Juan 16, 33)

  • Ahora, Padre, glorifícame tú junto a ti con la gloria que tenía contigo antes de existir el mundo". (Juan 17, 5)

  • "He manifestado tu nombre a los hombres que escogiste del mundo y me los confiaste; tuyos eran, y tú me los confiaste; y ellos han guardado tu doctrina. (Juan 17, 6)

  • Yo te ruego por ellos: no te ruego por el mundo, sino por los que tú me has confiado, pues son tuyos; (Juan 17, 9)

  • Ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guarda con tu poder a los que me has confiado, para que sean, como nosotros, una sola cosa. (Juan 17, 11)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina