Encontrados 263 resultados para: monte Carmelo

  • Como el hambriento que sueña que come, pero despierta con el estómago vacío; o como el sediento que sueña estar bebiendo, y se despierta extenuado por la sed, con las fauces secas; así le ocurrirá a la multitud de las naciones que luchan contra el monte Sión. (Isaías 29, 8)

  • Mil huirán ante la amenaza de uno solo; ante la amenaza de cinco, vosotros huiréis, hasta que sólo quedéis como mástil en la cima de un monte, como señal sobre una colina. (Isaías 30, 17)

  • En todo monte alto y en toda colina elevada habrá arroyos y corrientes de agua el día de la gran matanza, cuando caigan las torres. (Isaías 30, 25)

  • Vosotros entonces entonaréis cantares como en una noche de fiesta, con la alegría en el corazón, como la del que anda al son de la flauta camino del monte del Señor, de la roca de Israel. (Isaías 30, 29)

  • Esto me ha dicho el Señor: Como el león o el cachorro ruge sobre su presa, y al acosarle el tropel de los pastores no se asusta de sus gritos ni se acobarda por su número, así el Señor todopoderoso bajará a pelear en el monte Sión y en su colina. (Isaías 31, 4)

  • La tierra está de luto, languidece; avergonzado el Líbano, se amustia; el Sarón se parece a nuestra estepa, el Basán y el Carmelo están pelados. (Isaías 33, 9)

  • que dé flores como el narciso, que salte de alegría. Pues se le ha dado la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y de Sarón; y se verá la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. (Isaías 35, 2)

  • pues de Jerusalén saldrá un resto, y del monte Sión un grupo de supervivientes. El celo del Señor todopoderoso lo hará. (Isaías 37, 32)

  • Sube a un monte alto, mensajero de albricias de Sión, haz resonar fuertemente tu voz, mensajero de albricias de Jerusalén. Hazla resonar sin miedo: di a las ciudades de Judá: ¡Aquí está vuestro Dios! (Isaías 40, 9)

  • los llevaré a mi monte santo y les daré alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos en mi altar, pues mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos. (Isaías 56, 7)

  • En un monte alto, empinado, has puesto tu lecho, y allí subes a ofrecer sacrificios. (Isaías 57, 7)

  • Aunque grites, ¿te podrán salvar tus ídolos? A todos ellos se los llevará el viento, un soplo los arrebatará. Mas quien confía en mí heredará la tierra y poseerá mi santo monte. (Isaías 57, 13)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina