Encontrados 23 resultados para: lujuria

  • Ahora bien, las obras de la carne son bien claras: lujuria, impureza, desenfreno, (Gálatas 5, 19)

  • En lo que se refiere a la lujuria y a toda clase de impureza o avaricia, que ni siquiera se nombre entre vosotros, como debe ser entre creyentes; (Efesios 5, 3)

  • Por tanto, destruid todo lo que hay de terrenal en vuestro cuerpo: la lujuria, la impureza, las pasiones, los apetitos desordenados y la avaricia que es una idolatría; (Colosenses 3, 5)

  • como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno. (Judas 1, 7)

  • Pero tengo esto contra ti: dejas que Jezabel, esa mujer que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis servidores hasta hacerles vivir en la lujuria y comer las carnes sacrificadas a los ídolos. (Apocalipsis 2, 20)

  • Ya le he dado tiempo para que se arrepienta, pero ella no quiere convertirse de su lujuria. (Apocalipsis 2, 21)

  • no se arrepintieron ni de sus homicidios, ni de sus maleficios, ni de su lujuria, ni de sus robos. (Apocalipsis 9, 21)

  • Y lo siguió un segundo ángel, que gritaba: "Ha caído, ha caído Babilonia la grande, la que ha abrevado a todos los pueblos con el vino de su ardiente lujuria". (Apocalipsis 14, 8)

  • con la cual han adulterado los reyes de la tierra, y la que ha emborrachado a los habitantes de la tierra con el vino de su lujuria". (Apocalipsis 17, 2)

  • La mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, de piedras preciosas y de perlas; tenía en la mano una copa de oro llena de cosas horrorosas y de las inmundicias de su lujuria; (Apocalipsis 17, 4)

  • porque todas las naciones han bebido el vino de su ardiente lujuria, los reyes de la tierra han adulterado con ella y los comerciantes de la tierra se han enriquecido por su lujo desenfrenado. (Apocalipsis 18, 3)


“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina