Encontrados 60 resultados para: llevaba

  • Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestiduras y, como pasaba sobre la muralla, la gente vio que llevaba interiormente el cilicio a raíz de la carne. (II Reyes 6, 30)

  • David vestía un manto de lino, lo mismo que todos los levitas que llevaban el arca, los cantores, Quenanías, director del cortejo y los porteros. David llevaba además el efod de lino. (I Crónicas 15, 27)

  • David se apoderó de los escudos de oro que llevaba la guardia de Hadadézer y los llevó a Jerusalén. (I Crónicas 18, 7)

  • Se reanudó la lucha con los filisteos, y Eljanán, hijo de Yaír, mató a Lajmí, hermano de Goliat de Gat, el cual llevaba una lanza cuya asta era como un enjullo de tejedor. (I Crónicas 20, 5)

  • siempre que el rey iba al templo del Señor la guardia los llevaba, y luego los volvían a poner en la sala de la guardia. (II Crónicas 12, 11)

  • los llevaba a sus clientes y ellos le pagaban. El siete del mes distro terminó un trozo de tela y lo llevó a los clientes. Ellos le pagaron, y además le regalaron un cabrito. (Tobías 2, 12)

  • Acuérdate, hijo mío, de los peligros a que estuvo expuesta cuando te llevaba en su seno. Cuando muera, entiérrala junto a mí, en la misma tumba. (Tobías 4, 4)

  • Judit se postró con el rostro en tierra, echó ceniza sobre su cabeza y dejó al descubierto el áspero sayal que llevaba. Era precisamente la hora en que se ofrecía en Jerusalén el incienso de la tarde en el templo de Dios, cuando clamó al Señor así: (Judit 9, 1)

  • se quitó el áspero sayal que llevaba puesto, se despojó de sus vestidos de viuda, se bañó y se perfumó, se peinó, se ciñó la cabeza con un turbante y se adornó con los vestidos de fiesta que solía ponerse cuando vivía su esposo Manasés. (Judit 10, 3)

  • Todas las mujeres de Israel se habían juntado para verla. La aclamaron y organizaron bailes en su honor. Ella llevaba tirsos en sus manos, y los repartía entre las que le acompañaban. (Judit 15, 12)

  • Pero, sobre todo, fue admirable la madre, y digna de gloriosa memoria. Ella, viendo muertos a sus siete hijos en el espacio de un día, lo llevaba todo con ánimo grande por la esperanza que tenía en el Señor. (II Macabeos 7, 20)

  • Llegó con su ejército y acampó cerca de Modín. Les dio esta contraseña: "Victoria de Dios"; y en seguida, con un puñado de jóvenes, los más selectos y valerosos, cayó por la noche sobre la tienda del rey y acuchilló hasta dos mil hombres y el mayor de los elefantes con la gente que llevaba encima. (II Macabeos 13, 15)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina