Encontrados 271 resultados para: llegó

  • Llegó adonde estaba el hombre de Dios en el monte, y se abrazó a sus pies. Guejazí fue a separarla, pero el hombre de Dios dijo: "Déjala, porque está muy apenada; pero el Señor me lo ha tenido oculto y nada me ha manifestado". (II Reyes 4, 27)

  • Cuando Eliseo llegó a la casa, el niño estaba muerto, echado en su cama. (II Reyes 4, 32)

  • Uno de ellos salió al campo a recoger verduras, y habiendo encontrado una especie de cepa silvestre, recogió de ella los frutos hasta llenar su capa. Llegó a casa y los picó en la olla de las viandas, sin saber lo que eran. (II Reyes 4, 39)

  • Un hombre llegó de Baal Salisá, trayendo al hombre de Dios el pan de las primicias, veinte panes de cebada y espigas nuevas en su alforja. Eliseo ordenó: "Dalo a las gentes para que coman". (II Reyes 4, 42)

  • El asedio fue tan largo que se originó un hambre muy grande, hasta el punto de que una cabeza de asno llegó a costar ochenta monedas de plata, y un cuarto de puerros, cinco monedas de plata. (II Reyes 6, 25)

  • Y mientras él contaba al rey cómo había resucitado a un muerto, llegó la mujer a cuyo hijo había resucitado para reclamar ante el rey su casa y su campo. Guejazí dijo: "¡Oh rey, mi señor!, ésta es la mujer y éste es el hijo al que Eliseo resucitó". (II Reyes 8, 5)

  • Jazael fue a verlo llevando consigo lo mejor de Damasco: una carga de cuarenta camellos. Llegó ante él y dijo: "Tu hijo, Ben Hadad, rey de Siria, me ha enviado a ti para preguntarte si se curará de la enfermedad". (II Reyes 8, 9)

  • y llegó cuando los jefes del ejército estaban reunidos en sesión. Dijo: "General, tengo que hablar contigo". Jehú repuso: "¿Con cuál de todos nosotros?". Respondió: "Contigo, general". (II Reyes 9, 5)

  • Jorán envió entonces un segundo jinete, el cual llegó y les dijo: "El rey pregunta si venís en son de paz". Pero Jehú replicó: "¿Qué te importa a ti la paz? Ponte a mi retaguardia". (II Reyes 9, 19)

  • Jehú, entretanto, llegó a Yezrael. Cuando Jezabel lo supo, se pintó los ojos, se compuso la cabellera y se asomó a la ventana. (II Reyes 9, 30)

  • Pues bien, cuando les llegó la carta se apoderaron de ellos, degollaron a los setenta y, poniendo sus cabezas en cestos, se las enviaron a Yezrael. (II Reyes 10, 7)

  • Llegó a Samaría y dio muerte a cuantos quedaban allí de la casa de Ajab, hasta que los exterminó, como el Señor había dicho a Elías. (II Reyes 10, 17)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina