Encontrados 563 resultados para: lista de reyes derrotados por josué
Cuando Josué terminó de hablar al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Señor se pusieron en marcha y tocaron las trompetas. El arca de la alianza del Señor iba detrás de ellos. (Josué 6, 8)
Josué había dado esta orden al pueblo: "No gritéis, no se oiga vuestra voz, no salga de vuestras bocas ni una sola palabra hasta el día en que os diga: Dad el grito de guerra. Entonces gritaréis". (Josué 6, 10)
Josué se levantó de madrugada, y los sacerdotes tomaron el arca del Señor. (Josué 6, 12)
A la séptima vuelta, mientras los sacerdotes tocaban las trompetas, Josué dijo al pueblo: "Dad el grito de guerra, porque el Señor os ha entregado la ciudad". (Josué 6, 16)
Josué dijo a los dos hombres que habían explorado la tierra: "Entrad en la casa de esa prostituta y sacadla fuera con todos los suyos, como se lo habíamos jurado". (Josué 6, 22)
Josué perdonó la vida a Rajab, la prostituta, y a su familia, con todo lo que tenían. Ella vivió con los israelitas hasta el día de hoy por haber escondido a los espías enviados por Josué para explorar la tierra. (Josué 6, 25)
Josué pronunció este juramento delante del Señor: "Maldito el hombre que venga a edificar esta ciudad. Pondrá los cimientos sobre su primogénito, y sobre su hijo menor levantará las puertas". (Josué 6, 26)
El Señor estuvo con Josué, y su fama se extendió por toda la tierra. (Josué 6, 27)
Entonces Josué mandó desde Jericó hasta Ay, que está al oriente de Betel, hombres con esta consigna: "Subid a explorar la tierra". Y ellos subieron y exploraron Ay. (Josué 7, 2)
Al volver, dijeron a Josué: "No es necesario que suba todo el pueblo; que suban unos dos o tres mil hombres para tomar Ay. No hace falta que vaya todo el pueblo, pues ellos son pocos". (Josué 7, 3)
Josué rasgó sus vestiduras y se postró rostro en tierra delante del arca del Señor hasta la tarde, y con él los ancianos de Israel; todos se echaron polvo sobre sus cabezas. (Josué 7, 6)
Y Josué exclamó: "Señor, ¿por qué has hecho pasar el Jordán a este pueblo, si es para entregarlo en manos del amorreo y destruirnos? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! (Josué 7, 7)