Encontrados 1142 resultados para: lista de hombres de Betel y Ai

  • He aquí la lista de los descendientes de Adán. Cuando Dios creó al hombre lo hizo a imagen de Dios. (Génesis 5, 1)

  • Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y les nacieron hijas, (Génesis 6, 1)

  • los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron por esposas las que más les gustaron. (Génesis 6, 2)

  • En aquel entonces había gigantes en la tierra (y también después), cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres, y ellas les daban hijos. Éstos son los héroes de antaño, hombres famosos. (Génesis 6, 4)

  • Al ver el Señor que la maldad de los hombres sobre la tierra era muy grande y que siempre estaban pensando en hacer el mal, (Génesis 6, 5)

  • dijo: "Exterminaré de la superficie de la tierra al hombre que he creado, hombres y animales, reptiles y aves del cielo, todo lo exterminaré, pues me pesa haberlos hecho". (Génesis 6, 7)

  • Dios dijo a Noé: "He decidido acabar con todo ser viviente, porque la tierra está llena de violencia por culpa de los hombres. Voy a exterminarlos a todos ellos juntamente con la tierra. (Génesis 6, 13)

  • Todos los seres vivientes sobre la superficie de la tierra fueron exterminados; hombres y bestias salvajes, reptiles y aves del cielo desaparecieron de la tierra. Únicamente quedó Noé y los que estaban con él en el arca. (Génesis 7, 23)

  • Los hombres, al emigrar de oriente, encontraron una llanura en el país de Senaar y se establecieron allí. (Génesis 11, 2)

  • El Señor descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando, y (Génesis 11, 5)

  • De allí se trasladó a la montaña situada al oriente de Betel y allí plantó su tienda, con Betel al oeste y Ay al este. Aquí levantó al Señor un altar e invocó su nombre. (Génesis 12, 8)

  • Y el Faraón dio órdenes a sus hombres, que lo condujeron a la frontera, y con él a su mujer y todo cuanto poseía. (Génesis 12, 20)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina