Encontrados 23 resultados para: infamia

  • Los hijos maldicen al padre malvado, pues por su causa les sobreviene la infamia. (Eclesiástico 41, 7)

  • Y ved lo que sucederá: en lugar de perfume habrá podredumbre; en lugar de cinturón, una cuerda; en lugar de peinados, calvicie; en lugar de vestidos lujosos habrá un saco; en lugar de belleza, la marca de la infamia. (Isaías 3, 24)

  • Aquel día siete mujeres se disputarán a un hombre y le dirán: Nosotras comeremos nuestro pan y nuestro vestido vestiremos; deja sólo que llevemos tu nombre, quítanos nuestra infamia. (Isaías 4, 1)

  • Porque tus dioses, oh Judá, son tan numerosos como tus ciudades; y tantos como las calles que hay en Jerusalén son los altares de infamia que vosotros habéis levantado para ofrecer incienso a Baal. (Jeremías 11, 13)

  • Porque hicieron algo que es una infamia en Israel: cometieron adulterio con mujeres de otros y pronunciaron en mi nombre palabras falsas, cosas no ordenadas por mí. Yo lo sé muy bien y soy testigo de ello -dice el Señor-". (Jeremías 29, 23)

  • Renovaste así la infamia de tu juventud, cuando los egipcios palpaban tu pecho y acariciaban tu seno virginal. (Ezequiel 23, 21)

  • Así pondré fin a esta infamia en el país y aprenderán las demás mujeres a no imitar vuestros nefandos crímenes. (Ezequiel 23, 48)

  • Haré recaer sobre vosotros vuestra infamia, cargaréis con los pecados de vuestra idolatría y sabréis que yo soy el Señor Dios". (Ezequiel 23, 49)

  • Como uva en el desierto encontré yo a Israel, como breva de higuera vi a vuestros padres. Pero al llegar a Baal Fegor se consagraron a la infamia, y se hicieron despreciables como el objeto de su amor. (Oseas 9, 10)

  • Arrojaré suciedad contra ti, te cubriré de infamia y te expondré a la pública vergüenza. (Nahún 3, 6)

  • ¡Te has saciado de infamia, no de gloria! ¡Bebe tú también y muestra tu prepucio! A ti pasa la copa de la diestra del Señor, y después de la gloria viene la vergüenza. (Habacuc 2, 16)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina