Encontrados 5146 resultados para: hombres de dios
El nombre de la estrella es ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron por estas aguas, que se habían vuelto amargas. (Apocalipsis 8, 11)
Pero se les ordenó que no hicieran daño a la hierba, al verde y a los árboles, sino solamente a los hombres que no tuvieran la señal de Dios en la frente; (Apocalipsis 9, 4)
En aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la encontrarán; desearán morir, pero la muerte huirá de ellos. (Apocalipsis 9, 6)
Las langostas se parecían a caballos preparados para la guerra: en sus cabezas tenían coronas como de oro, y sus rostros eran como los de los hombres; (Apocalipsis 9, 7)
sus colas, como las de los escorpiones, con aguijones, tienen el poder de dañar a los hombres durante cinco meses. (Apocalipsis 9, 10)
El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios, (Apocalipsis 9, 13)
Y fueron soltados los cuatro ángeles que estaban dispuestos para la hora, el día, el mes y el año, a fin de exterminar a la tercera parte de los hombres. (Apocalipsis 9, 15)
La tercera parte de los hombres fue exterminada por estas tres plagas, fuego, humo y azufre, que salían de las bocas de los caballos. (Apocalipsis 9, 18)
Los demás hombres que no fueron exterminados por estas plagas no se arrepintieron de las obras de sus manos, ni cesaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no podían ni ver, ni oír, ni caminar; (Apocalipsis 9, 20)
cuando suene la trompeta del séptimo ángel, Dios cumplirá su plan secreto, anunciado a sus siervos los profetas. (Apocalipsis 10, 7)
Después me dieron una caña como de una vara, y me dijeron: "Levántate y mide el templo de Dios, el altar y a los adoradores que hay en él; (Apocalipsis 11, 1)
Pero, después de tres días y medio, un soplo de vida que venía de Dios entró en ellos; ellos se pusieron de pie, y los que estaban mirándolos se quedaron aterrorizados. (Apocalipsis 11, 11)