Encontrados 1796 resultados para: historia de Israel

  • Pues bien, esto dice el Señor: Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos e hijas caerán a espada, tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra impura e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra". (Amós 7, 17)

  • Y me dijo: "¿Qué ves, Amós?". Yo contesté: "Una canasta de frutas maduras". El Señor me dijo: "Viene el fin sobre mi pueblo Israel; no le perdonaré más tiempo". (Amós 8, 2)

  • ¿No sois para mí como etíopes, israelitas?, dice el Señor. ¿No saqué a Israel de Egipto, a los filisteos de Creta y a los sirios de Quir? (Amós 9, 7)

  • Voy a dar órdenes de zarandear a la casa de Israel por todas las naciones como se zarandea en el cedazo, y ni una piedrecita caerá a tierra. (Amós 9, 9)

  • Yo reconduciré el resto de mi pueblo, Israel, y reconstruirán las ciudades derruidas y las habitarán, plantarán viñas y beberán su vino, harán huertos y comerán sus frutos. (Amós 9, 14)

  • Todo esto por la rebeldía de Jacob, por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es acaso Samaría? ¿Cuál es el pecado de Judá? ¿No es acaso Jerusalén? (Miqueas 1, 5)

  • Unce al carro los corceles, tú que habitas en Laquis, origen de los pecados de la hija de Sión, porque en ti se han encontrado las rebeliones de Israel. (Miqueas 1, 13)

  • Por eso habrás de renunciar a Moréset-Gat; Bet-Aczib será una desilusión para los reyes de Israel. (Miqueas 1, 14)

  • También a vosotros os traeré un conquistador, habitantes de Maresá. Hasta Adulán llegará la gloria de Israel. (Miqueas 1, 15)

  • Yo te reuniré, Jacob, todo entero, reuniré el resto de Israel; los reuniré como rebaño en el aprisco, como rebaño en la pradera, y no tendrán miedo de nadie. (Miqueas 2, 12)

  • Escuchad, jefes de Jacob, magistrados de la casa de Israel. ¿No es cosa vuestra conocer el derecho? (Miqueas 3, 1)

  • Yo, en cambio, estoy lleno de fuerza, gracias al espíritu del Señor, de justicia y de fortaleza, para anunciar a Jacob su delito y a Israel su pecado. (Miqueas 3, 8)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina