Encontrados 1010 resultados para: historia de David

  • Saúl repuso: "Decid a David: El rey no quiere dote, sino cien prepucios de filisteos para venganza de los enemigos del rey". Saúl tramaba hacer caer a David en manos de los filisteos. (I Samuel 18, 25)

  • Los servidores de Saúl se lo dijeron, y a David le agradó esta proposición para llegar a ser yerno del rey. (I Samuel 18, 26)

  • Antes de que se pasara el plazo fijado, David salió con sus gentes, mató a doscientos filisteos, llevó los prepucios y se los entregó al rey para ser su yerno. Y Saúl le dio por mujer a su hija Mical. (I Samuel 18, 27)

  • Viendo Saúl que el Señor estaba con David y que todo Israel le apreciaba, (I Samuel 18, 28)

  • tuvo más miedo a David y fue su enemigo durante toda su vida. (I Samuel 18, 29)

  • Los jefes de los filisteos hacían incursiones, y en todas ellas David obtenía mayor éxito que todos los demás servidores de Saúl. Y así su nombre se hizo muy famoso. (I Samuel 18, 30)

  • Saúl comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus siervos su intención de hacer morir a David. Entonces Jonatán, que quería mucho a David, (I Samuel 19, 1)

  • Jonatán habló bien de David a su padre Saúl. Y añadió: "No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha cometido falta alguna contra ti; al contrario, sus acciones te han sido sumamente útiles. (I Samuel 19, 4)

  • Él expuso su propia vida, mató al filisteo y el Señor dio una gran victoria a todo Israel. Lo viste tú mismo y te alegraste. ¿Por qué quieres hacerte reo de sangre inocente, matando a David sin razón?". (I Samuel 19, 5)

  • Jonatán llamó a David y le refirió todo esto. Después le llevó ante Saúl, y David estuvo a su servicio como antes. (I Samuel 19, 7)

  • Cuando comenzó de nuevo la guerra, David salió a campaña contra los filisteos; les infligió una gran derrota y se dieron a la fuga. (I Samuel 19, 8)

  • Pero un espíritu maligno enviado por el Señor se apoderó de Saúl. Estaba sentado en su casa y tenía la lanza en su mano. David tocaba el arpa. (I Samuel 19, 9)


Jesus lhe quer bem, da maneira que só Ele sabe amar.” São Padre Pio de Pietrelcina