Encontrados 25 resultados para: habías
Abimelec dijo: "No sé quién ha podido hacerlo; tú no me lo habías dicho, ni yo me había enterado hasta hoy". (Génesis 21, 26)
Mira desde tu santa morada, desde los cielos, y bendice a tu pueblo y a la tierra que nos has dado, como habías jurado a nuestros padres, tierra que mana leche y miel. (Deuteronomio 26, 15)
Este pueblo pondrá incluso asedio a todas tus ciudades en la tierra que el Señor, tu Dios, te da, hasta que se derrumben las más altas y fuertes murallas, en las que habías puesto tu confianza. (Deuteronomio 28, 52)
que nos habías prescrito por medio de tus siervos los profetas diciendo: El país que vais a ocupar es un país inmundo por la inmundicia de las gentes del país y las abominaciones de las que le han llenado de un extremo a otro con su impureza. (Esdras 9, 11)
nos hemos portado inicuamente contigo y no hemos guardado los mandamientos, las leyes y los preceptos que tú habías dado a tu siervo Moisés. (Nehemías 1, 7)
Les diste pan del cielo para su hambre, y agua de la roca para su sed, y los mandaste que fueran a tomar posesión de la tierra que, mano en alto, habías jurado darles. (Nehemías 9, 15)
No quisieron obedecer, olvidándose de las maravillas que tú habías realizado para ellos. Endurecieron su cabeza y se empeñaron, obstinados, en volver a Egipto, a su esclavitud. Pero tú eres un Dios pronto a perdonar, clemente y misericordioso, tardo a la ira y lleno de bondad; por eso no los abandonaste. (Nehemías 9, 17)
Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra que habías prometido dar en propiedad a sus padres. (Nehemías 9, 23)
Nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no observaron tu ley ni obedecieron tus mandamientos y las normas que tú les habías dado. (Nehemías 9, 34)
Cuando estaban en su reino, en medio de los abundantes bienes que tú les concedías en esta tierra ancha y feraz que tú habías puesto a su disposición, no te sirvieron ni se arrepintieron de su perversa conducta. (Nehemías 9, 35)
"Señor, Dios de mi padre Simeón, en cuyas manos pusiste la espada para castigar a aquellos extranjeros que desnudaron, violaron y deshonraron a una virgen, profanando su seno. Hicieron todo eso, aunque tú habías prohibido hacerlo. (Judit 9, 2)
¡Tienes que saberlo, porque ya habías nacido y es tan grande la cuenta de tus días! (Job 38, 21)