Encontrados 367 resultados para: estaban

  • Los israelitas estaban agotados. Entonces Saúl hizo prestar al pueblo este juramento: "Maldito el hombre que tome alimento antes de la tarde, hasta que yo me haya vengado de mis enemigos". Y nadie comió nada. (I Samuel 14, 24)

  • Por un lado estaban los filisteos en la montaña, y al lado opuesto estaban los de Israel; había un valle entre ellos. (I Samuel 17, 3)

  • David preguntó a los que estaban a su lado: "¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y quite esta ofensa de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso que desafía al ejército del Dios vivo?". (I Samuel 17, 26)

  • Después dijo a los guardias que estaban junto a él: "Matad a los sacerdotes del Señor, porque también ellos han prestado ayuda a David; pues sabiendo que había huido, no me avisaron". Pero la guardia del rey no quiso poner su mano sobre los sacerdotes del Señor. (I Samuel 22, 17)

  • Ellos se pusieron en camino y fueron a Zif antes que Saúl. Pero David y sus hombres estaban en el desierto de Maón, en la estepa, al sur del desierto. (I Samuel 23, 24)

  • Llegó a los rediles de las ovejas que hay junto al camino; allí hay una cueva, y Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. David y sus hombres estaban escondidos en el fondo de la cueva. (I Samuel 24, 4)

  • Entonces fue al lugar donde estaba acampado Saúl y observó el sitio donde estaban acostados Saúl y Abner, hijo de Ner, jefe de su ejército. Saúl estaba acostado en el centro del campamento, y la tropa acampada a su alrededor. (I Samuel 26, 5)

  • David y Abisay fueron de noche al campamento; Saúl estaba acostado en el centro del campamento y dormía, con su lanza clavada en la tierra, junto a su cabecera. Abner y la tropa estaban acostados a su alrededor. (I Samuel 26, 7)

  • David estaba muy angustiado porque la gente quería apedrearlo, pues todos estaban muy amargados, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se confortó en el Señor, su Dios. (I Samuel 30, 6)

  • Continuó la persecución con cuatrocientos hombres, pues doscientos se quedaron allí porque estaban muy fatigados para pasar el arroyo. (I Samuel 30, 10)

  • Él los guió; estaban diseminados por toda la región, comiendo, bebiendo y bailando por el botín tan grande que habían cogido en el país de los filisteos y en el país de Judá. (I Samuel 30, 16)

  • David llegó adonde estaban los doscientos hombres que, por encontrarse muy cansados, no habían podido seguirle y se habían quedado en el arroyo Besor. Ellos salieron al encuentro de David y de la tropa que le acompañaba. David se acercó a ellos y les saludó. (I Samuel 30, 21)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina