Encontrados 37 resultados para: espíritus

  • "¡Que el Señor, el Dios de los espíritus que dan vida a todo ser viviente, establezca sobre esta comunidad un hombre (Números 27, 16)

  • el encantamiento, ni quien consulte a los adivinos y a los que invocan a los espíritus, ni quien interrogue a los muertos. (Deuteronomio 18, 11)

  • Estaba ya con su escolta junto al tesoro del templo, cuando el Señor de los espíritus y rey de todo poder se manifestó con tan gran majestad que todos los que se habían atrevido a entrar en el templo, fulminados a la vista del poder de Dios, quedaron impotentes y atemorizados. (II Macabeos 3, 24)

  • incoercible, benéfico, amante de los hombres, estable, firme, sin preocupación, todopoderoso, que todo lo vigila y penetra en todos los espíritus inteligentes, puros y sutiles. (Sabiduría 7, 23)

  • Y os dirán: Consultad a los espíritus de los adivinos que murmuran y susurran. ¿Un pueblo no debe consultar a sus dioses, y a sus muertos acerca de los vivos (Isaías 8, 19)

  • Espíritus y almas de los justos, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente. (Daniel 3, 86)

  • Al anochecer, le presentaron muchos endemoniados; y con su palabra echó a los espíritus y curó a todos los enfermos, (Mateo 8, 16)

  • Reunió a sus doce apóstoles, y les dio poder de echar los espíritus inmundos y de curar todas las enfermedades y dolencias. (Mateo 10, 1)

  • Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que él, y entran y se instalan allí. Así el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Eso sucederá también a esta generación malvada". (Mateo 12, 45)

  • Todos quedaron estupefactos y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva con tanta autoridad! ¡Manda a los espíritus inmundos y le obedecen!". (Marcos 1, 27)

  • Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: "¡Tú eres el hijo de Dios!". (Marcos 3, 11)

  • Los espíritus impuros pidieron a Jesús: "Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos". (Marcos 5, 12)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina