Encontrados 92 resultados para: esos

  • A precios fabulosos fueron comprados esos dioses en los que no hay soplo de vida. (Baruc 6, 24)

  • A los peñascos del monte se parecen esos dioses de madera, dorados o plateados; sus servidores quedarán avergonzados. (Baruc 6, 38)

  • Y si llega a prenderse fuego el templo de esos dioses de madera, dorados o plateados, sus sacerdotes escaparán y se pondrán a salvo; pero ellos se quedarán como postes, presa de las llamas. (Baruc 6, 54)

  • y se encontraran allí esos tres hombres, lo juro, dice el Señor Dios, que ni a sus hijos ni a sus hijas salvarían; sólo se salvarían ellos, y el país quedaría igualmente convertido en un desierto. (Ezequiel 14, 16)

  • Aquel año fueron escogidos entre el pueblo y designados jueces dos ancianos de esos a quienes se refiere el Señor cuando dice: "En Babilonia ha surgido la iniquidad de parte de los ancianos y de los jueces que se hacían guías del pueblo". (Daniel 13, 5)

  • Y ahora, ¿por qué das esos gritos? ¿Es que no tienes rey? ¿Ha muerto tu consejero, para que el dolor te agobie como a mujer en parto? (Miqueas 4, 9)

  • Porque has saqueado a muchos pueblos, los que queden de esos pueblos te saquearán a ti, por la sangre humana derramada y la violencia hecha al país, a la ciudad y a todos sus habitantes. (Habacuc 2, 8)

  • "¿A qué compararé esta generación? Se parece a esos chiquillos sentados en las plazas, que se gritan unos a otros: (Mateo 11, 16)

  • Se fue a su tierra y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente, asombrada, decía: "¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos prodigios? (Mateo 13, 54)

  • De la misma manera, vuestro Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de esos pequeñuelos". (Mateo 18, 14)

  • diciendo: Esos últimos han trabajado una sola hora y los has igualado a nosotros, que hemos soportado el peso del día y el calor. (Mateo 20, 12)

  • Le dijeron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros viñadores que le paguen los frutos a su tiempo". (Mateo 21, 41)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina