Encontrados 1533 resultados para: esa

  • Entonces se manifestará el hombre de la iniquidad, a quien Jesús, el Señor, hará desaparecer con el soplo de su boca y aniquilará con el resplandor de su venida. (II Tesalonicenses 2, 8)

  • Es necesario que el obispo sea intachable, casado una sola vez, sobrio, prudente, de porte educado, hospitalario, capaz de enseñar; (I Timoteo 3, 2)

  • no debe emborracharse, ni ser amigo de peleas; debe ser ecuánime, pacífico y desinteresado; (I Timoteo 3, 3)

  • Es también necesario que tenga buena fama ante los de fuera, para que no incurra en el descrédito y en los lazos del diablo. (I Timoteo 3, 7)

  • pues los ejercicios corporales son útiles para bien poco, mientras que la religión es útil para todo, pues tiene promesas para la vida presente y para la futura. (I Timoteo 4, 8)

  • La verdaderamente viuda y desamparada tiene puesta su esperanza en Dios y persevera día y noche en las plegarias y en las oraciones. (I Timoteo 5, 5)

  • y ciertamente lo es, pero para el que se contenta con lo necesario. (I Timoteo 6, 6)

  • Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios para anunciar la promesa de la vida que tenemos en Cristo Jesús, (II Timoteo 1, 1)

  • Recuérdales estas cosas y adviérteles en nombre de Dios que se dejen de discutir por cuestiones de palabras, pues esas discusiones no valen para nada y hacen daño a los que las escuchan. (II Timoteo 2, 14)

  • pues Dimas, llevado por el amor a las cosas de este mundo, me ha abadonado y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia, y Tito a Dalmacia. (II Timoteo 4, 10)

  • basada en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no puede mentir, prometió esa vida desde la eternidad; (Tito 1, 2)

  • Es necesario que el obispo sea irreprochable, como administrador que es de la casa de Dios; no debe ser arrogante, ni colérico, ni borracho, ni amigo de peleas ni de negocios sucios; (Tito 1, 7)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina