Encontrados 65 resultados para: entraron

  • Los mensajeros entraron y se encontraron con los ídolos familiares en la cama y una piel de cabra en la cabecera. (I Samuel 19, 16)

  • entraron sin ser vistos en la casa donde Isbaal estaba acostado en la cama de su dormitorio. Lo mataron, le cortaron la cabeza y caminaron durante toda la noche por el camino de la Arabá. (II Samuel 4, 7)

  • Los amonitas, al ver huir a los sirios, se dieron también a la fuga ante Abisay y entraron en la ciudad. Entonces Joab volvió de la guerra contra los amonitas y entró en Jerusalén. (II Samuel 10, 14)

  • Llegaron los servidores de Absalón, entraron en la casa de la mujer y le preguntaron: "¿Dónde están Ajimás y Jonatán?". La mujer les contestó: "Pasaron en dirección al río". Los buscaron y, al no encontrarlos, se volvieron a Jerusalén. (II Samuel 17, 20)

  • Por eso aquel día las tropas entraron furtivamente en la ciudad, como entra la gente avergonzada de haber huido en la batalla. (II Samuel 19, 4)

  • Partieron de Madián, llegaron a Parán, tomaron de allí varios hombres y entraron en Egipto, al amparo del Faraón, rey de Egipto. Éste le dio casa, alimentos y tierras. (I Reyes 11, 18)

  • Marcharon sobre el campamento de Israel; pero los israelitas salieron y asestaron un rudo golpe a Moab, que se dio a la fuga. Ellos entraron en el país y derrotaron a Moab. (II Reyes 3, 24)

  • Los leprosos llegaron hasta el extremo del campamento, entraron en una tienda, comieron y bebieron y se llevaron plata, oro y vestidos, que fueron a esconder. Volvieron de nuevo, entraron en otra tienda, la desvalijaron y fueron a esconder el botín. (II Reyes 7, 8)

  • Jehú envió emisarios por todo Israel, y todos los adoradores de Baal se presentaron; ni uno solo dejó de venir; y entraron en el templo de Baal, que quedó lleno de punta a cabo. (II Reyes 10, 21)

  • Jehú y Jonadab, hijo de Recab, entraron en el templo de Baal; Jehú ordenó a los adoradores de Baal: "Registrad y mirad para que no haya aquí con vosotros ninguno de los adoradores del Señor, sino únicamente adoradores de Baal". (II Reyes 10, 23)

  • Entraron a ofrecer sacrificios y holocaustos, y Jehú apostó fuera cincuenta hombres, con esta orden: "El que deje escapar a alguno de estos hombres que yo os pongo en las manos responderá con su vida de la vida de aquél". (II Reyes 10, 24)

  • Los amonitas, al ver huir a los sirios, huyeron también ellos ante Abisay, el hermano de Joab, y entraron en la ciudad. Joab se volvió a Jerusalén. (I Crónicas 19, 15)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina