Encontrados 101 resultados para: entero
Todas las autoridades y el pueblo entero, que habían aceptado el compromiso de manumitir a sus respectivos esclavos y esclavas y no tenerlos más sometidos a esclavitud, obedecieron y los emanciparon. (Jeremías 34, 10)
Y así que Yehudí leía tres o cuatro columnas, el rey las rasgaba con el cortaplumas del secretario y las tiraba al fuego que ardía en el brasero; hasta que el libro entero fue quemado por el fuego del brasero. (Jeremías 36, 23)
Aunque derrotarais al ejército entero de los caldeos que combaten contra vosotros y no quedasen entre ellos más que unos pocos malheridos, saldrían éstos uno a uno de su tienda y prenderían fuego a esta ciudad". (Jeremías 37, 10)
Entonces él llamó a Juan, hijo de Carej, a todos los oficiales que lo acompañaban y al pueblo entero, desde el más chico al mayor, (Jeremías 42, 8)
Por eso me lamento por Moab, por Moab entero clamo, gimo por los hombres de Quir Jeres. (Jeremías 48, 31)
ante los dignatarios, los familiares del rey, los ancianos; en una palabra, ante el pueblo entero, desde el más chico al más grande, de todos los que habitaban en Babilonia, a orillas del río Sud. (Baruc 1, 4)
Jamás ocurrió debajo del cielo entero nada semejante a lo ocurrido en Jerusalén, como estaba escrito en la ley de Moisés: (Baruc 2, 2)
Como tú te alegraste cuando la heredad de la casa de Israel era devastada, así haré yo contigo; en desolación te convertirás, monte de Seír, así como Edón entero, y se sabrá que yo soy el Señor. (Ezequiel 35, 15)
Esto dice el Señor Dios: Lo juro en el ardor de mi cólera; a los restos de las naciones, a Edón entero me dirijo, a los que se han atribuido la posesión de mi tierra, con la alegría en el corazón y el desprecio en el alma para saquearla y expoliarla. (Ezequiel 36, 5)
En todos los asuntos que requerían sabiduría e inteligencia sobre los que el rey interrogó, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos que había en su reino entero. (Daniel 1, 20)
En cuanto Daniel se enteró de que había sido firmado el documento, se fue a su casa. Tenía ventanas en su cuarto superior abiertas en dirección a Jerusalén, y tres veces al día se ponía de rodillas para orar y dar gracias a su Dios; así lo había hecho siempre hasta aquel día. (Daniel 6, 11)
Yo te reuniré, Jacob, todo entero, reuniré el resto de Israel; los reuniré como rebaño en el aprisco, como rebaño en la pradera, y no tendrán miedo de nadie. (Miqueas 2, 12)