Encontrados 106 resultados para: el buen pastor

  • Le respondió: "De acuerdo. Le acompañaré. No temas. Sanos y salvos partimos, y sanos y salvos volveremos, pues el camino es seguro". Tobit le dijo: "Buen viaje, hermano". Y a su hijo: "Prepara, hijo mío, todo lo necesario para el viaje y parte con tu hermano. Que el Dios del cielo os guarde y os traiga de nuevo sanos y salvos. Que su ángel os acompañe y os proteja en el camino, hijo mío". Antes de partir, Tobías besó a sus padres. Tobit le dijo: "¡Buen viaje!". (Tobías 5, 17)

  • y lo dejó partir sano y salvo; y lo despidió así: "Adiós, hijo mío, que tengas buen viaje. Que el Dios del cielo te conceda a ti y a Sara, tu mujer, un feliz viaje, y que pueda yo ver a vuestros hijos antes de morir". (Tobías 10, 11)

  • Te llevaré yo por toda la Judea hasta llegar a Jerusalén y haré que te sientes en el centro de ella. Tú los conducirás como ovejas sin pastor, y ni siquiera un perro ladrará contra ti. Todo esto me ha sido manifestado para que lo conocieras anticipadamente; Dios me lo ha comunicado, y me ha mandado anunciártelo". (Judit 11, 19)

  • Salmo de David El Señor es mi pastor, nada me falta: (Salmos 23, 1)

  • Salva a tu pueblo, bendice tu heredad, sé tú su pastor y guíalos siempre. (Salmos 28, 9)

  • cantadle un cantar nuevo, dad un buen concierto de instrumentos y de voces, (Salmos 33, 3)

  • porque el rey de toda la tierra es Dios, cantadle un buen cántico. (Salmos 47, 8)

  • lo llamó de detrás de las ovejas y lo hizo el pastor de Jacob, su pueblo, y de Israel, su heredad. (Salmos 78, 71)

  • Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño; tú que te sientas sobre los querubines, resplandece (Salmos 80, 2)

  • enséñame el buen sentido y el saber, pues yo tengo fe en tus mandamientos; (Salmos 119, 66)

  • Todos pedían que tales presagios y apariciones fueran de buen augurio. (II Macabeos 5, 4)

  • El buen sentido es fuente de vida para quien lo posee, castigo de los necios es su necedad. (Proverbios 16, 22)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina