Encontrados 60 resultados para: echa

  • Pero algunos dijeron: "Éste echa a los demonios con el poder de Belcebú, príncipe de los demonios". (Lucas 11, 15)

  • Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy brota y mañana se la echa al fuego, ¿no hará más por vosotros, hombres de poca fe? (Lucas 12, 28)

  • Es como un grano de mostaza, que toma un hombre, lo echa en su huerto y crece hasta llegar a ser como un árbol, en cuyas ramas anidan las aves. (Lucas 13, 19)

  • Cuando la encuentra, se la echa sobre sus hombros lleno de alegría, (Lucas 15, 5)

  • los hombres, muertos de terror y de ansiedad por lo que se le echa encima al mundo, pues las columnas de los cielos se tambalearán. (Lucas 21, 26)

  • Al que no está unido a mí se lo echa fuera, como a los sarmientos, que se los amontona, se secan y se los prende fuego para que se quemen. (Juan 15, 6)

  • Pedro dijo: "No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, eso te doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, echa a andar". (Hechos 3, 6)

  • Pero ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, pues el hijo de la esclava no será heredero con el hijo de la libre. (Gálatas 4, 30)

  • ¿Acaso una fuente echa por el mismo caño agua dulce y amarga? (Santiago 3, 11)

  • Por eso, si llego a ir, no dejaré de recordarle su conducta, pues anda diciendo desvergonzadamente cosas falsas contra mí. No contento con esto, no recibe a los hermanos y reprende y echa de la comunidad a los que quieren recibirlos. (III Juan 1, 10)

  • Salió otro ángel del templo, gritando con voz potente al que estaba sentado sobre la nube: "Echa tu hoz y siega, porque ha llegado la hora de la siega, pues está seca la mies de la tierra". (Apocalipsis 14, 15)

  • Salió todavía del altar otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: "Echa tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, pues la uva está madura". (Apocalipsis 14, 18)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina