Encontrados 1742 resultados para: don

  • El Señor es Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (II Corintios 3, 17)

  • perseguidos, pero no abandonados; desechados, pero no aniquilados; (II Corintios 4, 9)

  • Pues Dios, por medio de Cristo, estaba reconciliando el mundo, no teniendo en cuenta sus pecados y haciéndonos a nosotros depositarios de la palabra de la reconciliación. (II Corintios 5, 19)

  • Cuando llegué a Macedonia tampoco pude estar tranquilo; encontré dificultades por todas partes; por fuera conflictos, por dentro temores. (II Corintios 7, 5)

  • Hermanos, quiero daros a conocer la gracia que Dios ha concedido a las iglesias de Macedonia. (II Corintios 8, 1)

  • pues conozco vuestra buena voluntad, de la que me siento orgulloso ante los macedonios. Les he dicho que los de Acaya están dispuestos desde el año pasado, y esta buena disposición vuestra ha sido un estímulo para la mayoría. (II Corintios 9, 2)

  • pues si van los macedonios y se encuentran con que no estáis preparados, sería una vergüenza para mí, y sobre todo para vosotros. (II Corintios 9, 4)

  • Por eso he creído necesario pedir a los hermanos que vayan por delante y preparen vuestro donativo generoso, que habéis prometido. Así vuestra colecta será una muestra de generosidad, y no de tacañería. (II Corintios 9, 5)

  • Gracias sean dadas a Dios por este don indecible que nos ha hecho. (II Corintios 9, 15)

  • Cuando estaba entre vosotros y necesité algo no fui carga para nadie, pues remediaron mi necesidad los hermanos llegados de Macedonia; me guardé muy bien y me seguiré guardando de ser carga para nadie. (II Corintios 11, 9)

  • ¿En qué habéis sido menos que las demás iglesias, si no es en no haber sido yo una carga para vosotros? ¡Perdonadme este agravio! (II Corintios 12, 13)

  • ¿Dónde están ahora aquellos entusiasmos vuestros por mí? Doy fe de que, si hubiera sido posible, hasta os hubierais arrancado los ojos para dármelos a mí. (Gálatas 4, 15)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina