Encontrados 814 resultados para: deseo de vida
basada en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no puede mentir, prometió esa vida desde la eternidad; (Tito 1, 2)
a Tito, mi verdadero hijo en nuestra fe común, te deseo la gracia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador. (Tito 1, 4)
enseñándonos a renunciar a la maldad y a los deseos mundanos y a llevar una vida sobria, justa y religiosa, (Tito 2, 12)
a fin de que, justificados por su gracia, seamos herederos de la vida eterna, tal y como lo esperamos. (Tito 3, 7)
y libertar a todos aquellos que, por miedo a la muerte, estaban sometidos durante toda su vida a la esclavitud. (Hebreos 2, 15)
Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia; (Hebreos 5, 7)
que no ha llegado a serlo según la ley de una disposición carnal, sino más bien según el poder de una vida imperecedera. (Hebreos 7, 16)
Por la fe José, al fin de su vida, refiriéndose al éxodo de los israelitas dio disposiciones acerca de sus restos mortales. (Hebreos 11, 22)
Además, si nosotros respetábamos a nuestros padres cuando nos corregían, ¿con cuánta mayor razón debemos someternos a nuestro Padre celestial para tener la vida? (Hebreos 12, 9)
Acordaos de vuestros jefes, aquellos que os anunciaron la palabra de Dios; y, considerando el fin de su vida, imitad su fe. (Hebreos 13, 7)
dichoso el hombre que soporta la prueba; porque si la ha superado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a los que le aman. (Santiago 1, 12)
sino que cada uno es tentado por su propio deseo, que lo atrae y lo seduce. (Santiago 1, 14)