Encontrados 244 resultados para: culto a ídolos

  • Haré desaparecer de en medio de ti tus ídolos y tus estelas, y no adorarás más la obra de tus manos. (Miqueas 5, 12)

  • El Señor decreta contra ti: "No se propagará tu nombre más; exterminaré del templo de tus dioses estatuas e ídolos fundidos, y haré de tu sepulcro un lugar de ignominia". (Nahún 1, 14)

  • ¿De qué sirve una escultura esculpida por el artista, una imagen fundida, oráculo engañoso, para que el que lo ha hecho ponga en ellos su confianza, fabricando ídolos mudos? (Habacuc 2, 18)

  • Pues los ídolos dan respuestas vanas, los adivinos anuncian mentiras, cuentan sueños fantásticos y dan consolaciones ilusorias. Por eso el pueblo anda errante y perdido como un rebaño sin pastor. (Zacarías 10, 2)

  • En aquel día, palabra del Señor todopoderoso, extirparé de la tierra los nombres de los ídolos, y no se acordarán más de ellos; también haré desaparecer de la tierra los profetas y el espíritu de impureza. (Zacarías 13, 2)

  • en vano me rinde culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos. (Mateo 15, 9)

  • En vano me rinden culto enseñando doctrinas que son preceptos humanos. (Marcos 7, 7)

  • Entre los que habían ido a Jerusalén para dar culto a Dios en la fiesta había algunos griegos. (Juan 12, 20)

  • Os echarán de las sinagogas; más aún, se acerca la hora en que os quitarán la vida creyendo que con ello dan culto a Dios. (Juan 16, 2)

  • Dios, entonces, les volvió las espaldas y los entregó al culto de los astros, como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto durante cuarenta años, casa de Israel? (Hechos 7, 42)

  • Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: "Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado". (Hechos 13, 2)

  • sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de comer sangre o carne de animales ahogados. (Hechos 15, 20)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina