Encontrados 251 resultados para: cuatro jinetes

  • Hijos de Isacar: Tolá, Puá, I Yasub y Simrón: cuatro. (I Crónicas 7, 1)

  • Los porteros estaban colocados en los cuatro puntos cardinales: este, oeste, norte y sur. (I Crónicas 9, 24)

  • En cambio, los cuatro jefes de los porteros que permanecían allí siempre eran levitas y tenían a su cargo las cámaras y tesoros del templo de Dios. (I Crónicas 9, 26)

  • Les despojaron de sus armas, les cortaron la cabeza e hicieron publicar la buena nueva por todo el país de los filisteos, a los cuatro vientos, a sus ídolos y al pueblo. (I Crónicas 10, 9)

  • Los amonitas se dieron cuenta de que se habían hecho odiosos a David, y Janún y los amonitas enviaron unas treinta y cuatro toneladas de plata para contratar como mercenarios tropas de caballería y carros de combate sirios en Mesopotamia, Maacá y Sobá. (I Crónicas 19, 6)

  • David quitó de la cabeza de Milcón la corona de oro, que pesaba treinta y cuatro kilos; y la piedra preciosa que había en ella fue puesta en la corona de David. El botín que tomó en la ciudad fue inmenso. (I Crónicas 20, 2)

  • Ornán se volvió y vio al ángel, y se iba a esconder con sus cuatro hijos; Ornán estaba trillando el trigo. (I Crónicas 21, 20)

  • Yo mismo con mi trabajo he podido reunir para el templo del Señor tres mil cuatrocientas toneladas de oro, treinta y cuatro mil toneladas de plata y una cantidad incalculable de bronce y de hierro. He preparado también madera y piedra, a la cual tú añadirás más. (I Crónicas 22, 14)

  • cuatro mil porteros y los otros cuatro mil alababan al Señor con los instrumentos que para este fin había hecho David. (I Crónicas 23, 5)

  • Hijos de Simeí: Yájat, Zizá, Yeús y Beriá, éstos fueron los cuatro hijos de Simeí. (I Crónicas 23, 10)

  • Quehatitas: Amrán, Yishar, Hebrón y Uziel, cuatro en total. (I Crónicas 23, 12)

  • seis por día en la oriental, cuatro por día en la del norte, cuatro por día en la meridional, dos y dos en los almacenes; (I Crónicas 26, 17)


“Se tanta atenção é dada aos bens desta Terra, quanto mais se deve dar aos do Céu? Faça, portanto, uma boa leitura espiritual, a santa meditação, o exame de consciência, e fará progresso na perfeição cristã e no amor de Jesus.” São Padre Pio de Pietrelcina