Encontrados 1883 resultados para: cuando

  • Cuando vengas, tráeme el capote que me dejé en Tróade, en casa de Carpo; tráeme también los libros, sobre todo los pergaminos. (II Timoteo 4, 13)

  • Y de nuevo, cuando introdujo al Primogénito en el mundo, dijo: Que le adoren todos los ángeles de Dios. (Hebreos 1, 6)

  • Mientras que, cuando habla de los ángeles, dice: Hace a sus ángeles como vientos, y a sus ministros como llama de fuego. (Hebreos 1, 7)

  • cuando vuestros padres me desafiaron y me pusieron a prueba, aunque habían visto mis obras durante cuarenta años. (Hebreos 3, 9)

  • Cuando se dice: Hoy, si oís su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como ocurrió en la rebelión, (Hebreos 3, 15)

  • En efecto, este Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, que salió al encuentro de Abrahán cuando éste volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, (Hebreos 7, 1)

  • pues Leví estaba ya en las entrañas de su padre Abrahán cuando le salió al encuentro Melquisedec. (Hebreos 7, 10)

  • que no necesita diariamente, como los sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios primero por sus propios pecados y después por los del pueblo. Esto lo hizo él de una vez para siempre cuando se ofreció a sí mismo. (Hebreos 7, 27)

  • Éstos realizan un culto que es la imagen y sombra de las realidades celestes, según le fue advertido divinamente a Moisés cuando iba a construir el tabernáculo: Mira y hazlo todo según el modelo que se te ha mostrado en la montaña. (Hebreos 8, 5)

  • no como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué de Egipto, alianza que ellos violaron y por lo cual los rechacé, dice el Señor. (Hebreos 8, 9)

  • Habéis olvidado la exhortación que os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te desalientes cuando te reprenda; (Hebreos 12, 5)

  • Además, si nosotros respetábamos a nuestros padres cuando nos corregían, ¿con cuánta mayor razón debemos someternos a nuestro Padre celestial para tener la vida? (Hebreos 12, 9)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina