Encontrados 287 resultados para: conquista del trono

  • Cantaban un cántico nuevo delante del trono, delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos. Ninguno podía aprender el cántico, a excepción de los ciento cuarenta y cuatro mil rescatados de la tierra. (Apocalipsis 14, 3)

  • El quinto vertió su copa sobre el trono de la bestia; su reino quedó sumergido en las tinieblas; las gentes se mordían la lengua de dolor, y (Apocalipsis 16, 10)

  • El último vertió su copa en el aire, y salió del templo una voz potente que venía del trono: "Está hecho". (Apocalipsis 16, 17)

  • Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes cayeron de rodillas y adoraron a Dios, que está sentado sobre el trono, diciendo: Amén. ¡Aleluya! (Apocalipsis 19, 4)

  • Y una voz que salía del trono, decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, todos sus fieles, pequeños y grandes. (Apocalipsis 19, 5)

  • Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar. (Apocalipsis 20, 11)

  • Vi los muertos, grandes y pequeños, en pie delante del trono; entonces fueron abiertos los libros; fue abierto también otro libro, el libro de la vida. Y los muertos fueron juzgados según el contenido de los libros, cada uno según sus obras. (Apocalipsis 20, 12)

  • Y oí venir del trono una voz potente que decía: "Ésta es la morada de Dios con los hombres; él habitará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo morará con los hombres. (Apocalipsis 21, 3)

  • Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Ahora hago nuevas todas las cosas". Luego me dijo: "Escribe que estas palabras son fieles y veraces". (Apocalipsis 21, 5)

  • El ángel me mostró un río de agua viva, transparente como un cristal, que manaba del trono de Dios y del cordero. (Apocalipsis 22, 1)

  • Ya no habrá maldición alguna. El trono de Dios y del cordero estará en la ciudad, y los servidores de Dios lo adorarán; (Apocalipsis 22, 3)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina