Encontrados 902 resultados para: conquista de Jerusalén
Una vez que estaba comiendo con ellos les mandó que no saliesen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre, de la que os hablé; (Hechos 1, 4)
pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra". (Hechos 1, 8)
Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, lo que se permitía andar en sábado. (Hechos 1, 12)
Esto fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de modo que el campo se llamó en su lengua "Hacéldama", es decir, "campo de sangre". (Hechos 1, 19)
Había en Jerusalén judíos piadosos de todas las naciones que hay bajo el cielo. (Hechos 2, 5)
Entonces Pedro, en pie con los once, les dirigió en voz alta estas palabras: "Judíos y habitantes todos de Jerusalén: percataos bien de esto y prestad atención a mis palabras. (Hechos 2, 14)
Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los maestros de la ley. (Hechos 4, 5)
preguntándose: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque ciertamente han hecho un milagro notorio y manifiesto a todos los habitantes de Jerusalén, y no podemos negarlo. (Hechos 4, 16)
De las aldeas próximas a Jerusalén acudía también mucha gente llevando enfermos y poseídos por espíritus inmundos, y todos eran curados. (Hechos 5, 16)
"¿No os ordenamos solemnemente que no enseñaseis en nombre de ése? Y, sin embargo, habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la sangre de este hombre". (Hechos 5, 28)
La palabra de Dios crecía, el número de los fieles aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos sacerdotes abrazaban la fe. (Hechos 6, 7)
Aquel día se desencadenó una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. (Hechos 8, 1)