Encontrados 18 resultados para: claro

  • cuando Guejazí, el criado de Eliseo, el hombre de Dios, se dijo: "Es claro que mi amo ha sido demasiado condescendiente con este sirio Naamán, hasta el punto de no aceptar de su mano lo que le había traído. ¡Vive el Señor, que voy tras él y consigo de él alguna cosa!". (II Reyes 5, 20)

  • "Claro, no ha entregado el dinero y los hijos, y por esto ha muerto Jonatán". (I Macabeos 13, 18)

  • Veo claro que la ventaja de la sabiduría sobre la necedad es como la de la luz sobre las tinieblas. (Eclesiastés 2, 13)

  • Os anunciaré qué es la sabiduría y cuál es su origen y no os ocultaré sus secretos, sino que desde su primer origen la investigaré, pondré en claro su conocimiento y no dejaré pasar en silencio la verdad. (Sabiduría 6, 22)

  • Claro está, por tanto, que no son dioses; así que no los temáis. (Baruc 6, 28)

  • No siendo otra cosa que madera, dorada o plateada, fácilmente se puede deducir de aquí que no son más que mentira. Para todos, naciones y reyes, resultará claro que no son dioses, sino hechura de manos de hombres, y que en ellos no hay ninguna operación divina. (Baruc 6, 50)

  • Les di además mis sábados, como señal entre ellos y yo, para que quedase claro que soy yo, el Señor, quien los santifica. (Ezequiel 20, 12)

  • Porque nada hay oculto que no sea descubierto, y nada secreto que no sea puesto en claro. (Marcos 4, 22)

  • Porque nada hay oculto que no sea descubierto, ni secreto que no sea conocido y puesto en claro. (Lucas 8, 17)

  • "Tú, ¿quién eres?". Su testimonio fue claro y rotundo: "Yo no soy el mesías". Y le preguntaron: (Juan 1, 20)

  • El trabajo de cada uno aparecerá claro el día del juicio, porque ese día se manifestará con fuego, y el fuego probará la obra de cada uno. (I Corintios 3, 13)

  • Sobre la carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, está claro que todos tenemos la ciencia suficiente. Pero la ciencia envanece; lo único verdaderamente provechoso es el amor. (I Corintios 8, 1)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina