Encontrados 22 resultados para: bajan

  • El Dios de tu padre te ayuda, el todopoderoso te bendice: bendiciones que bajan del cielo, bendiciones que suben del abismo, bendiciones de pechos y seno, (Génesis 49, 25)

  • pero si el Señor hace algo insólito, si la tierra abre sus fauces y los traga con todo cuanto les pertenece, si bajan vivos al abismo, entonces conoceréis que estas gentes se han burlado del Señor". (Números 16, 30)

  • Gaal insistió: "Unos bajan por el ombligo de la tierra y otro bando viene por el camino de la encina de los adivinos". (Jueces 9, 37)

  • Después llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición de filisteos. Al entrar en la ciudad, te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del alto, precedidos de arpas, tambores, flautas y cítaras, profetizando. (I Samuel 10, 5)

  • De David A ti clamo, Señor; roca mía, no te hagas el sordo; si tú te quedas mudo, yo seré como los que bajan a la tumba. (Salmos 28, 1)

  • Señor, tú me libraste de la muerte, me sacaste de los que bajan a la tumba. (Salmos 30, 4)

  • como rebaños destinados al abismo bajan derechos a la tumba; los justos triunfarán sobre ellos, se esfumará su imagen y habitarán en el abismo, lejos de sus mansiones palaciegas. (Salmos 49, 15)

  • No son los muertos los que alaban al Señor, ni ninguno de los que bajan al silencio; (Salmos 115, 17)

  • Date prisa, Señor, respóndeme, que me falta el aliento; no me escondas tu rostro, como a los que bajan a la tumba. (Salmos 143, 7)

  • como el abismo, traguémoslos vivos; enteros, como los que bajan al sepulcro; (Proverbios 1, 12)

  • Las palabras del chismoso son bocados exquisitos, bajan hasta el fondo de las entrañas. (Proverbios 26, 22)

  • ¡Ay de los que bajan a Egipto en busca de ayuda!; de los que confían en caballos y ponen su esperanza en el número de sus carros y en la fuerza de sus jinetes, pero no han puesto sus ojos en el Santo de Israel ni han consultado al Señor. (Isaías 31, 1)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina