Encontrados 225 resultados para: aunque

  • Cuando el rey David se hizo viejo, de edad muy avanzada, aunque lo arropaban bien, no entraba en calor. (I Reyes 1, 1)

  • Y Salomón, aunque amaba al Señor, siguiendo las normas de su padre, David, sacrificaba él mismo y quemaba incienso en las colinas. (I Reyes 3, 3)

  • Las barras eran tan largas que se podían ver sus extremidades desde la nave central que estaba delante del lugar santísimo, aunque no desde fuera. Allí han estado hasta el presente. (I Reyes 8, 8)

  • Pero el hombre de Dios le contestó: "Aunque me dieses la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan, ni bebería agua en este lugar; (I Reyes 13, 8)

  • En cambio, no se quitaron las colinas, aunque Asá fue siempre fiel al Señor. (I Reyes 15, 14)

  • Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, aunque no tanto como su padre y su madre, pues retiró la estela de Baal, que su padre había hecho. (II Reyes 3, 2)

  • El oficial sobre cuyo brazo solía apoyarse el rey dijo al hombre de Dios: "Aunque el Señor abriera las ventanas del cielo, ¿podría suceder tal cosa?". Eliseo respondió: "Pues bien, tú mismo lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello". (II Reyes 7, 2)

  • el oficial respondió al hombre de Dios: "Aunque el Señor abriera las ventanas del cielo, ¿podría suceder tal cosa?"; él había añadido: "Tú mismo lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello". (II Reyes 7, 19)

  • Pero los sacerdotes de las colinas no iban al altar del Señor en Jerusalén, aunque comían los panes sin levadura con sus hermanos. (II Reyes 23, 9)

  • Josá, descendiente de Merarí, también tuvo hijos. Su jefe fue Simrí; así lo dispuso su padre, aunque no era el primogénito; (I Crónicas 26, 10)

  • Pero ¿quién sería capaz de construir un templo digno de él, cuando ni todos los cielos lo pueden contener? ¿Quién soy yo para construir un templo, aunque sea sólo para quemar incienso en su honor? (II Crónicas 2, 5)

  • Las barras eran tan largas que se podían ver sus extremidades desde la nave central, que estaba delante del lugar santísimo, aunque no desde fuera; allí han estado hasta el presente. (II Crónicas 5, 9)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina