Encontrados 102 resultados para: aquella

  • David hizo que averiguasen quién era aquella mujer, y le dijeron: "Es Betsabé, hija de Elián, mujer de Urías, el hitita". (II Samuel 11, 3)

  • En aquella ocasión Salomón, y con él la inmensa comunidad de Israel venida desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebraron la fiesta ante el Señor, Dios nuestro, durante siete días. (I Reyes 8, 65)

  • Con las maderas, el rey hizo balaustradas para el templo del Señor y para el palacio real, y cítaras y arpas para los cantores. Madera de sándalo como aquélla no se ha traído ni se ha vuelto a ver hasta nuestros días. (I Reyes 10, 12)

  • Luego tú reunirás un ejército como el que perdiste, una caballería como aquélla y carros en igual número. Les presentaremos batalla en la llanura, y verás cómo los venceremos". El rey escuchó sus razones y obró de esta manera. (I Reyes 20, 25)

  • Aquella mujer dijo a su marido: "Mira, me he dado cuenta de que es un hombre de Dios, un santo, ese que pasa siempre por nuestra casa. (II Reyes 4, 9)

  • Y aquella mujer concibió, y al año siguiente, por aquellas fechas, dio a luz un hijo, tal como Eliseo le había anunciado. (II Reyes 4, 17)

  • Partió, y llegó adonde estaba el hombre de Dios en el monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la divisó desde lejos, dijo a Guejazí, su criado: "Aquélla es la sunamita. (II Reyes 4, 25)

  • Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestiduras y, como pasaba sobre la muralla, la gente vio que llevaba interiormente el cilicio a raíz de la carne. (II Reyes 6, 30)

  • En aquella ocasión, el rey de Edón recuperó Elat para Edón, echando de Elat a los judíos; y los edomitas tomaron Elat, y se establecieron en ella hasta el presente. (II Reyes 16, 6)

  • En aquella ocasión Ezequías desguarneció las puertas del santuario del Señor y las columnas que el mismo Ezequías, rey de Judá, había recubierto de oro, y lo entregó al rey de Asiria. (II Reyes 18, 16)

  • Y aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento de Asiria a ciento ochenta y cinco mil; y, al levantarse por la mañana, vieron que todos ellos eran cadáveres. (II Reyes 19, 35)

  • Pero aquella misma noche el Señor dijo a Natán: (I Crónicas 17, 3)


“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina