Encontrados 53 resultados para: aparte

  • Que no haya entre vosotros ni hombre ni mujer ni familia ni tribu que aparte hoy su corazón del Señor, nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; que ninguno de vosotros sea como una planta amarga y venenosa. (Deuteronomio 29, 17)

  • aparte de las ciudades reservadas a Efraín en la heredad de Manasés; todas las ciudades y sus aldeas. (Josué 16, 9)

  • Después dijo Samuel al cocinero: "Tráeme la ración que yo te di, la que te dije que pusieras aparte". (I Samuel 9, 23)

  • Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab le llevó aparte, al lado de la puerta, como para hablar pacíficamente con él, y allí le hirió mortalmente en el vientre, por la sangre de Asael, su hermano. (II Samuel 3, 27)

  • Todas sus leyes han estado en mí, y no aparté de mí sus mandamientos. (II Samuel 22, 23)

  • El rey Salomón, por su parte, dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, aparte de lo que le regaló con la munificencia propia del rey Salomón. La reina se despidió y, con su séquito, emprendió el viaje de regreso a su país. (I Reyes 10, 13)

  • Y el Señor dijo: "Apartaré también de mi presencia a Judá, como aparté a Israel; y rechazaré a esta ciudad, Jerusalén, que había elegido, y el templo, del que había dicho: Allí estará mi nombre". (II Reyes 23, 27)

  • David llamó aparte a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, a los levitas Uriel, Asayas, Joel, Semayas, Eliel y Aminadab, (I Crónicas 15, 11)

  • Yo quiero hacer un pacto con el Señor para que aparte su ira de nosotros. (II Crónicas 29, 10)

  • A mi mesa se sentaban los judíos y los prefectos, ciento cincuenta hombres, aparte de los que venían de los pueblos limítrofes. (Nehemías 5, 17)

  • Entonces el ángel llamó a los dos aparte y les dijo: "Bendecid a Dios y dadle gracias, honradle y alabadle ante todo el mundo porque os ha colmado de bienes. Bendecidle y cantad himnos a su nombre. Dad a conocer a todos los hombres las obras de Dios, como es justo, y no os canséis de darle gracias. (Tobías 12, 6)

  • para que aparte su látigo de mí y no me espante su terror! (Job 9, 34)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina