Encontrados 39 resultados para: agarró
La paloma, no encontrando dónde posarse, volvió de nuevo al arca, porque las aguas cubrían la superficie de toda la tierra. Noé sacó la mano, la agarró y la metió en el arca. (Génesis 8, 9)
Y mientras los daba a luz, uno de ellos sacó la mano, y la partera la agarró y ató a ella un hilo de grana, diciendo: "Éste salió el primero". (Génesis 38, 28)
Ella le agarró por sus vestidos y le dijo: "Acuéstate conmigo". Pero él, dejando sus vestidos entre sus manos, huyó y salió afuera. (Génesis 39, 12)
subió con su gente al monte Salmón. Abimelec agarró un hacha, cortó una rama de un árbol, la levantó y la puso sobre sus espaldas. Y dijo a su gente: "Haced rápidamente lo mismo que me habéis visto hacer a mí". (Jueces 9, 48)
Vio cerca una quijada de asno fresca, la agarró y mató a mil hombres: (Jueces 15, 15)
Y gritó: "Muera yo con los filisteos". Se agarró con todas sus fuerzas, y el edificio se derrumbó sobre los jefes y sobre todo el pueblo que estaba allí. Fueron más los que mató al morir que los que había matado durante su vida. (Jueces 16, 30)
Samuel se dio la vuelta para marcharse, y Saúl le agarró por la orla del manto, que se rompió. (I Samuel 15, 27)
Entonces Saúl dijo a su escudero: "Desenvaina tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan esos incircuncisos y se burlen de mí". Pero su escudero no quiso, pues tenía mucho miedo. Entonces Saúl agarró su espada y se echó sobre ella. (I Samuel 31, 4)
Cada uno agarró a su adversario por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de suerte que todos cayeron juntos. Por eso se llamó a aquel lugar "Campo de los costados"; está cerca de Gabaón. (II Samuel 2, 16)
Entonces Janún agarró a los siervos de David, les cortó la mitad de la barba y los vestidos por la mitad, a la altura de las nalgas, y los despachó. (II Samuel 10, 4)
Ella se acercó a él para darle de comer. Entonces él la agarró con fuerza y le dijo: "Ven, acuéstate conmigo, hermana mía". (II Samuel 13, 11)
Joab respondió: "No quiero perder el tiempo contigo". Agarró tres dardos y los clavó en el corazón de Absalón, que todavía estaba vivo en la encina. (II Samuel 18, 14)