Encontrados 218 resultados para: acción de gracias

  • Y al instante recobró la vista y lo siguió dando gracias a Dios. Todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. (Lucas 18, 43)

  • Tomó una copa, dio gracias y dijo: "Tomad y repartidla entre vosotros, (Lucas 22, 17)

  • Luego tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: "Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío". (Lucas 22, 19)

  • Ellos comenzaron a preguntarse unos a otros quién sería el que iba a cometer tal acción. (Lucas 22, 23)

  • Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó entre todos; y lo mismo hizo con los peces. Les dio todo lo que quisieron. (Juan 6, 11)

  • Entretanto, llegaron otras barcas de Tiberíades y atracaron cerca de donde habían comido el pan después que el Señor dio gracias. (Juan 6, 23)

  • Entonces quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre, te doy gracias porque me has escuchado. (Juan 11, 41)

  • hasta el día en que subió al cielo después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había elegido bajo la acción del Espíritu Santo. (Hechos 1, 2)

  • "Gracias a ti, oh excelentísimo Félix, gozamos de una gran tranquilidad, y si esta nación ha obtenido saludables reformas, se debe a tu providencia; nosotros lo reconocemos siempre y en todas partes con la más profunda gratitud. (Hechos 24, 3)

  • Dicho esto, y tomando pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, lo partió y comenzó a comer. (Hechos 27, 35)

  • Los hermanos de Roma, que tenían noticias de nuestra llegada, nos salieron al encuentro en Foro Apio y Tres Tabernas; Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y cobró ánimos. (Hechos 28, 15)

  • En primer lugar doy gracias a mi Dios, por medio de Jesucristo, por todos vosotros, porque vuestra fe es conocida en todo el mundo. (Romanos 1, 8)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina