Encontrados 15 resultados para: abrazo

  • Cuando Labán oyó que había llegado su sobrino Jacob, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. Jacob contó a Labán todo lo sucedido. (Génesis 29, 13)

  • Esaú corrió a su encuentro, lo abrazó, se echó a su cuello y lo besó, y los dos se echaron a llorar. (Génesis 33, 4)

  • Se abrazó al cuello de Benjamín y se echó a llorar, y Benjamín también lloró abrazado a él. (Génesis 45, 14)

  • Los ojos de Israel estaban tan achacosos por la vejez que apenas podían ver. José se los acercó, y él los abrazó y los besó. (Génesis 48, 10)

  • Encontró a su pueblo en el desierto, en la soledad rugiente de la desolación. Lo abrazó y se cuidó de él; lo guardó como la niña de sus ojos. (Deuteronomio 32, 10)

  • Llegó adonde estaba el hombre de Dios en el monte, y se abrazó a sus pies. Guejazí fue a separarla, pero el hombre de Dios dijo: "Déjala, porque está muy apenada; pero el Señor me lo ha tenido oculto y nada me ha manifestado". (II Reyes 4, 27)

  • Ragüel entonces se levantó, lo abrazó y se echó a llorar. Después le dijo: "Bendito seas, joven, hijo de un padre tan bueno. ¡Qué pena que un hombre tan honrado y tan caritativo se haya quedado ciego!". Abrazó de nuevo a Tobías, y se puso a llorar. (Tobías 7, 6)

  • Después dijo a su hija Sara: "Honra a tus suegros, pues desde ahora son tus padres como nosotros, que te hemos engendrado. Vete en paz, hija, y que tenga yo, mientras viva, buenas noticias de ti". Los abrazó y los dejó partir. (Tobías 10, 12)

  • Tobías fue a su encuentro con la hiel del pez en la mano; le sopló en los ojos, lo abrazó y le dijo: "Ánimo, padre". Después le aplicó el remedio, que le provocó escozor. (Tobías 11, 11)

  • me abrazo a ti con toda el alma, y tu diestra me sostiene. (Salmos 63, 9)

  • Saludaos unos a otros con el abrazo de la paz. Os saludan todas las Iglesias de Cristo. (Romanos 16, 16)

  • Os saludan todos los hermanos. Saludaos unos a otros con el abrazo de la paz. (I Corintios 16, 20)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina